Einn rumbo al continente negro, por Mr. Pángala

Episodio 11: Einn rumbo al continente negro.

Me encontraba paseando por las calles grises de aquella ciudad. Estaba absorto en mis pensamientos que divagaban acerca de las últimas palabras del gran poeta Frankmar Tinez,

"El futuro es el tiempo que se acerca, pero el pasado?, ¡ay, el pasado!. Cuando las grandes casas abran sus pequeñas ventanas, pásate el azúcar de caña, de caña de caña"

De pronto, caí en la cuenta de tres cosas, la primera era que lo de gran poeta le vendría por lo de que le salió el título bajo la tapa de un yogur, y la segunda cosa era que los rascacielos se veían muy bajos para lo que se espera de la zona financiera en una gran urbe como esta. De hecho solo alcancé a ver un edificio de más de dos plantas, ¡qué extraño!. Tampoco parecía que hubiese una gran actividad comercial y ni siquiera parecía haber tráfico.

(Si, ya sé que antes he dicho tres cosas y solo he puesto dos, pero es que soy un rebelde)

Desconcertado, decidí preguntar a una pareja de ancianos que se encontraban sentados a la puerta de sus hogares, en sillas que habían sacado de sus propias casas ubicadas en la planta baja de sendos edificios consistentes en plantas bajas.

Einn-rumbo-al-continente-negro


-Discúlpenme, me llamo Einn y creo que ando un poco perdido. Hace un rato que estoy paseando por la ciudad y ahora me doy cuenta de que no conozco esta zona.

- ¿La ciudad? Hijo, la ciudad esta como a tres días de camino siempre y cuando no lleves una bombona de butano al hombro. Esto es un pueblo. Vivimos aquí doce personas. En verano, solo quedamos nosotros dos ya que hace un calor que no lo soportan ni los gorrinos y todo el mundo se marcha a la playa a enseñar las carnes, que dicho sea de paso es el negocio del que vive el pueblo. Aquí vendemos la carne de los animales que sacrificamos en el matadero. Matadero, que no madero. Madero es un policía y aunque aquí solo tenemos uno?

-Espere, le interrumpí antes de desmayarme por la impresión y la brasa que me estaba soltando. ¿Un pueblo? ¿Tres días?

- Si hijo sí. Aunque somos pocos viviendo, tenemos a la salida del pueblo un aeropuerto internacional de tres pares. Es uno de los de mayor índice de tráfico mundial pero sinceramente no sabemos adónde va tanta gente ya que aparte del aeropuerto y el bar que hay en la plaza, aquí no hay "na de na". Por no haber, no hay ni carretera de dos carriles, solo una comarcal que tiene más?, por cierto, ¡te veo mejor que otras veces!

- Perdone, le dije apoyándome en la pared, intentando tomar aire. Estoy muy confundido y asustado. No sé cómo he llegado aquí si esto está tan lejos de la ciudad y, además yo no los he visto a ustedes en mi vida.

- Ya, la verdad es que te lo hemos dicho para reírnos un rato. Como te he visto tan apurado? La ciudad está a cinco minutos de aquí tras esa pequeña colina que la oculta a la vista. Como le ocurre a mucha gente que anda un poco despistada, ideamos esta broma que le hacemos a todos para partirnos el orcate, pero cada vez nos hace menos gracia. Espero que no te moleste.


Ya más tranquilo y después de prenderle fuego a las viviendas de los ancianos, me dirigí al bar de la plaza, que fíjate tú, si que existía.

Nada más cruzar la sofisticada cortina con avanzada tecnología anti-dípteros* consistente en múltiples cuerdas forradas de macarrones secos que impiden la entrada a los insectos y que además te avisan con el ruido de que alguien está entrando, el camarero me saludo y me dijo


-¿Qué va a ser?

- No lo sé aún, le dije yo. De momento he trabajado en bastantes cosas pero todavía no puedo decirle a que me dedicaré cuando sea mayor.

-Quiero decir que si quiere tomar algo.


Me sentí infinitamente estúpido, pero me di cuenta que el camarero llevaba la camisa abrochada con el lado de los botones en la espalda y los calzoncillos por encima de los pantalones además de llevar enrolladas por el cuerpo unas tiras de luz, encendidas, de esas de los árboles de navidad, con lo que ofrecía una imagen dantesca, y aunque pensando en lo que sus padres estarían pasando por su culpa, la verdad es que no podías apartar la vista de él.

Las pintas del camarero, que se llamaba Pedrorl, (si, este también tenía nombre elfico, ¿qué pasa?), me devolvieron un poco la autoestima y tras pedirle una bebida sofisticada, repare en un cartel situado en frente mío en el que se indicaba que en el bar se estaba realizando una selección de personal para un trabajo en un hotel de África. ¡Un trabajo en un hotel de África, justo lo que necesitaba! En cuanto Pedrorl llego con mi cazalla le pregunté acerca del cartel y del trabajo.


-Precisamente hoy es el último día de la selección, según tengo entendido. Ese hombre de barba de la mesa del final, el que no lleva luces de navidad, es el que hace las entrevistas. Si quieres ve a preguntarle.


Pues claro que quería, me encontraba sin trabajo y allí estaba aquello. África, ni más ni menos. ¡Qué pasada!. Iba a entrevistarme. África era mi objetivo y estaba seguro de conseguirlo. La aventura comenzaba.

Continuara?.

 

*Moscas. Como pangala.es que quería poner la palabreja en cuestión a ver si encuentro un patrocinador

La entrada Einn rumbo al continente negro, por Mr. Pángala aparece primero en Mis Soluciones Pangala.


¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:

Relacionado

Ha nacido el tandem pangálico: Mr. Pángala + Pángala, una colaboración en forma de breves relatos. Comienza la saga de Ein, el personaje Mr. Pangálico. CAPITULO 1 Infancia. Mis primeros recuerdos.  Mi nombre es Hermógenes Gorgonio Wachi Nao.  Al presentarme, todo el mundo exclamaba, -¿einn?, y así fue como acabo esto convirtiéndose en mi nombre, atiendo al nombre de Einn, Einn Wachi Nao.  Crecí s ...

Acababa de ver la película de Superman en el cine y todavía estaba alucinando. La adrenalina fluía por mi cuerpo y entre los recuerdos de la cinta recién vista un pensamiento fugaz atravesó mi cerebro para quedarse. ¡Super poderes!, esa era la explicación. Durante toda la vida había pensado que era distinto a los demás. Está claro que todos somos diferentes, pero yo me refería a algo más grande. Y ...

Las locas historias de Einn.Episodio 10: Einn, el museo y el zombi.El tipo me parecía sospechoso. Llevaba cerca de un mes trabajando en el museo de ciencias y, aunque todo lo que hacía era limpiar los suelos, no podía dejar de imaginarme las más apasionantes historias en todas y cada una de las salas por las que pasaba fregona en mano.El museo estaba lleno de curiosidades y de salas repletas de al ...

Episodio  8:Einn y el mago HopupotzkyEn el primer rato libre del que dispuse, cuando acabé mi jornada laboral en la feria, decidí entrar en la caseta del adivino echador de cartas. Según había oído a compañeros feriantes y publico del que paseaba por la feria, era muy bueno augurando el futuro, y al parecer te indicaba también tu estado en el presente y cuál había sido tu pasado. Así que con mucha ...

Episodio 7. Einn feriante:1ª parte.Todo iba bien. Acababa de conseguir trabajo como feriante y al día siguiente empezaba en las fiestas del pueblo. Los propietarios de atracciones se desplazaban en varios vehículos, algunos en sus propias caravanas, aunque a mí me tocó ir en una especie de furgoneta junto con otros dos contratados para el verano. Que la furgoneta no tuviese asientos no era un gran ...

Al grano: he de contar en pública concurrencia que el matrimonio Pángala está escuchando con demasiada frecuencia que Einn es un desgraciado. Así nos lo dicen en todos los eventos a los que acudimos, familiares y amigos esperan que Einn tenga un golpe de suerte, cosa que no alcanzamos a comprender. Einn es poseedor de grandes tesoros, uno de ellos es la amistad.Josete, Jose T., hoy nos hablará de ...

Como recordareis, había entrado en aquel bar y en un cartel indicaba que se estaba realizando, justo allí, la selección de personal para trabajar en un hotel de África, así que sin más dilación me acerque al entrevistador y le dije: Buenas tardes. Me llamo Einn, he visto el cartel y me gustaría que me informase acerca del trabajo.Bien. En primer lugar desearía preguntarle acerca de que le parece ...

Nevaba y acababan de renovarme el contrato. Eran cosas absoluta novedad en mi vida y había que celebrarlo. Me dirigí al único bar donde me fiaban, pedí una cerveza y me senté en una de las mesas del fondo, concretamente la que está bajo la tele. Aunque seguramente estaréis pensando que esa tele acabó sobre mi cabeza, he de deciros que no. Antes de sentarme pedí una escalera y la bajé. Era mi proce ...

Antes de nada quisiera comunicarles que nuestro espacio se emite hoy en un nuevo formato. Adaptándonos a los nuevos tiempos disponemos de un profesional que trasladará todo lo que aquí se diga, en lenguaje para sordos y además cuenta, también a partir de este momento, con traductor simultáneo para la emisión hacia los países de habla lapona.Hoy  en nuestro programa contaremos con la presencia de u ...

Cómo pasa el tiempo. Casi sin notarlo y ya llevo tres meses aquí, en Tíbet. Ahora que espero la deliberación acerca de mi última "travesura". Es tiempo de reflexión.No puedo dejar de pensar en el momento en el que aparecieron aquellos cinco monjes en la barra de striptease en la que trabajaba de camarero. Cuando la gente se percató de ellos, hasta se apagó la música y eso que no había disc-jockey ...