Por alguna razón, de toda la información que recibimos a diario, hay ideas que pasan de largo y otras se quedan instaladas en lo más profundo de la memoria. En los últimos cinco años, creo que he leído más que en los 30 años anteriores todos juntos jajaja Y de toda esa información, hay dos ideas (entre otras muchas) que se grabaron en mi mente como si de un mantra se tratara:
lanza un prototipo de tu producto, no esperes a tenerlo terminado y perfecto
márcate una fecha de lanzamiento y hazlo público, no esperes a tener todo perfecto porque entonces nunca saldrás al mercado.
Me las creí, las interioricé tanto, que las seguí al pie de la letra. Aún sigo creyendo en ellas y me parecen dos buenos consejos para compartir. Hay tanto trabajo detrás de un proyecto, que de no haberlos seguido, aún estaría dando forma a todo. Haber arrancado me ha permitido valorar si la idea gusta (aunque sea muy mejorable), valorar deficiencias, puntos fuertes o incluso definir procesos para automatizarlos y evitar saturarme cuando todo esto empiece a coger volumen. Son aspectos que si no abres puertas no puedes saber. No hay otra forma de llegar a ellos y sin embargo, son fundamentales para buen desarrollo de un negocio. Pero no todo han sido ventajas.
Ahora que han pasado unos meses, me doy cuenta de la cantidad de estrés y trabajo que me abría ahorrado si hubiera tenido bien definidas algunas cosas. El diseño de la web o la estrategia de marketing, por ejemplo. No tener una idea clara de lo que quería me ha obligado a duplicar esfuerzos, gastar más dinero del previsto y me ha generado un estrés y una preocupación innecesaria. Un buen plan de empresa, más definido, más concreto, más detallado, me habría ayudado mucho a descubrir esos pasos previos imprescindibles que me habrían permitido lanzar el proyecto de otra forma.
Así que mi conclusión es clara: si tienes una idea de negocio, define milimétricamente tus pasos, deja hechos todos aquellos que necesitas para abrir puertas y lánzate. No esperes a tener todo perfecto y rematado y ábrete al cambio y la adaptación que tu proyecto necesite. No tengas miedo a redefinir y reorientar tu idea inicial. A cambiar de rumbo. En ese cambio es fundamental vuestra opinión, por eso hace unas semanas enviaba a través de la Newsletter una encuesta que puedes rellenar pinchando aquí. Para escucharos, para saber lo que queréis, lo que necesitáis.
¡Y en esas estoy! rediseñando la web para facilitar el acceso a la información, reorientando contenidos para enfocarlos a lo más me demandáis, mejorando algunas secciones y preparando otras para abrirlas en septiembre. ¡También el blog tendrá cambios! A partir de ahora publicaremos una vez a la semana, los miércoles y contaremos con alguna colaboradora más aparte de Marta y Nuria.
El camino es lento, cada paso lleva mucho trabajo detrás, muchas horas, muchos días... Pero una vez comprendido el ritmo, ¡el viaje está resultando una auténtica pasada! Espero estar sabiendo transmitiros esta emoción :)
¿Cómo ha sido vuestra experiencia? ¿Esperasteis a tener todo bien atado? ¿O salisteis con lo justo
¡Contadme, contadme!