Inquieta como ha sido siempre, ahora pasa casi todo el tiempo sentada debido a “sus cosillas” que le impiden mover su “brazo tonto” y su “pierna tonta”.
Como veis, el humor no lo pierde y siempre tiene unos chistes guardados para las reuniones familiares.
Y diréis, que qué tiene que ver esto con el blog y los “hazlo tú” a los que os tengo acostumbrados. No tiréis la toalla y seguid leyendo, que hay “chicha”.
Durante el año, va todos los días a un centro de día donde hace un montón de manualidades y tareas. Durante las vacaciones, los días se le hacen más largos y hay que buscar actividades que ocupen mente y cuerpo.
Así que os presento a mi mejor alumna de este verano y su marco de fotos pintado por ella. De este modo hemos pasado unos buenos ratos a la sombra de un árbol, entre manualidades y aire fresco.
Los materiales son bien sencillos. Un marco de fotos y pintauñas en tres colores.
Lo bueno de los pintauñas, a diferencia de los pinceles, es que el manejo para una mano con dificultades de movilidad es muchísimo más fácil. El agarre es más sólido y más seguro.
Como tiene que trabajar la precisión, le pedí que hiciera puntillismo y alternara los colores. En su caso, no tiene problemas para diferenciar colores, formas, objetos… si hubiera dificultades o pérdida de memoria, debemos hacerlo todo sencillo, apetecible y reforzar el reconocimiento de conceptos.
Ella, que se apunta a un bombardeo, no tardó en pedir un hueco en la mesa.
Como el pintauñas seca rápido, hay pocos problemas de mancharse. Es un material muy accesible, barato y con un resultado bastante aparente. No es el primer caso en el que lo uso para decorar.
Los colores quedan con brillo y adornan muy bien.
Esta actividad es fácil, ligera y bastante alegre. Si os animáis a preparar un DIY para hacer con los abuelos, valorad la complejidad y el tiempo de duración, para que no resulte tedioso. Los tiempos y la capacidad de concentración son muy variables.
¿Os animáis? ¡Porque nosotras lo hemos pasado pipa!
#nopuedoestarquieta