Los Reyes este año le trajeron a mi madre el libro La magia del orden, de Marie Kondo. Cuando el #esposo se pone de los nervios al ver la pila de trastos que hay por casa, le llevo a la de sus suegros y vuelve suave como la seda. Mano de santo, oiga. Debe de pensarse que lo de Pica Pecosa me cayó del cielo o me lo pegaron de pequeña en la escuela, como la varicela o los piojos.
También estoy segura de que mi madre va a leerse el libro de cabo a rabo y va a darle la razón a la japonesa capítulo tras capítulo, pero no va a hacerle caso. Ni mijita. Que si esto lo hice con una tela que compré no sé dónde y me costó un riñón, que si lo de más allá no lo puse casi nada y está nuevo, que si esto otro lo tengo por si nos surge cualquier cosa.
Le doy caña con muchos temas, pero en este no le digo nada porque a mí me pasa lo mismo y la entiendo. El drama de que todo tiene (o tendrá) una utilidad.
Yo lo leí por encima y me apeteció hacer el experimento con mi armario, por probar qué pasaba. A ver si tenía valor de echar cosas fuera. La conclusión es que no sólo me atreví, sino que me llevé una sorpresa porque a pesar de que creía que tenía poca ropa, saqué varias bolsas. No de basura, sino de las otras, pero unas cuantas que ya es decir.
Lo primero que salió fueron los jerseys de lana. Los adoro porque son calentitos y amorosos y son la prenda perfecta para el invierno, pero no puedo llevarlos porque soy una máquina de hacerles bolas. Y no después de unas cuantas puestas, qué más quisiera yo. A la primera los dejo como si les hubiesen pasado un rastrillo por encima. Que para quitárselas ni maquinilla de afeitar ni aparatos milagrosos. Algunas son tan grandes que podría pasarles el cortacésped.
Total que viendo ese montón pensé que tendría que hacer algo con ellos, en plan homenaje por los servicios prestados. Se me ocurrieron 3 DIY que pueden salir reciclando un mismo jersey: calcetines para las botas de agua hechos con las mangas, una bufanda aprovechando el cuerpo y unas orejeras a partir del cuello:
Lo primero que quiero contarte es que antes de hacer estos DIY, pensaba que cuando cortabas un jersey los puntos empezaban a correr como los de las medias y se te deshacía en las manos (igual que en los dibujos animados). Al contrario, por lo menos en los comprados ni se enteran de que les has metido tijera.
Así que lánzate sin miedo porque además de muy fácil son súper rápidos de hacer, al no rematarlos es sólo cortar y listo:
1. HACER CALCETINES PARA LAS BOTAS DE AGUA CON LAS MANGAS DE UN JERSEY:
Si quieres que tus botas de goma sean un poco calientes y a la vez darles tu toque personal, puedes hacer tú mismo unos calcetines que cubran la caña por dentro y asomen por el borde, con las mangas (o los puños, depende del tamaño) de un jersey de lana:
Cortas las mangas o los puños, los metes por la caña de la bota y los pegas con pegamento instantáneo o silicona caliente:
Doblas el sobrante por el borde (recuerda dejar para afuera la parte rematada) y le pones un lazo o unos pompones para adornar:
2. HACER UN CUELLO CON EL CUERPO DE UN JERSEY:
Más sencillo incluso que el anterior porque no hay que pegar. Cortas el jersey por debajo de los brazos:
Lo doblas a la mitad o a la medida de ancho que quieres que quede:
Lo pones al cuello y le das vueltas según lo prefieras apretado o flojo:
3. HACER UNAS OREJERAS CON EL CUELLO DE UN JERSEY:
Si no quieres llevar gorro pero necesitas tener las orejas tapadas, puedes fabricarte unas orejeras con el cuello de un jersey:
Lo doblas al ancho que necesites y lo coses para que al ponerlo no se abra:
Le das la vuelta y para que no se vea soso le pones un lazo, un adorno hecho con fieltro o unos pompones:
Sirve para todos los tamaños de cabeza porque la lana estira y además al ir doblado, abriga más:
Ya has visto qué fácil y rápido es hacer 3 DIY de un mismo jersey: calcetines, cuello y orejeras.
¿Te animas con uno tuyo? ¿Se te ocurren más reciclajes para un jersey de lana?
P.D.1: Tere en su blog By Terenya lanza todos los meses el reto #3Rmás1conarte. Como este iba de reciclar ropa para consumir menos, me viene que ni pintado para participar. Pásate por allí y sorpréndete con la vida le queda por delante a esas prendas que están en el armario ocupando sitio y no nos decidimos a hacerles nada.
P.D.2: Tienes que leer esta entrada y esta otra que le ha dedicado Molinos a Marie Kondo en su blog Cosas que (me) pasan.