Cuando ví esta tela azul oscuro de lunares salteados, en seguida imaginé la chaqueta que iba a hacer con ella.
Antes de empezar la confección, sumergimos la tela en un baño de agua con una pequeña cantidad de sal, con el fin de fijar el color, y que se mantenga con los lavados. Después, hay que enjuagarla bien para eliminar el exceso de sal. La tela elegida tiene un tenue brillo, que conservará gracias a este tratamiento.
Se trata de una chaqueta entallada, de siete piezas, con mangas tipo sastre.
Las vistas delanteras le darán el cuerpo suficiente para no necesitar entretela, que podría porporcionar demasiada rigidez al frontal.
Las solapas deben quedar con los bordes en esquina recta. Para conseguirlo, conforme se llega a la esquina, hay que bajar la longitud de la puntada a 1, y realizar dos o tres pespuntes a esa longitud. Justo antes de la esquina, hay que dirigir la aguja en oblicuo a la línea que seguirá la costura después de la esquina, como si se cortara la misma. Al llegar a la costura de después de la esquina, volver a realizar varios pespuntes con la longitud de 1, y seguir la costura a la longitud normal, por ejemplo, a 3, para continuar uniendo la vista al cuerpo. Realizando así la costura, puede no ser necesario remallar en la misma esquina, ya que quedará perfectamente rematada.
Cuando ya estén unidas la vistas al cuerpo, utilizar la plancha por el revés de la tela para viciar el dobladillo. Después, mantenerlo vuelto hacia la costura, sujetándolo con los dedos desde fuera mientras se vuelve la tela. Mover la tela para abrir la costura hasta llegar a ver el pespunte. Planchar al filo de la señal que se ha hecho en la primera plancha.
En el caso de las esquinas, volver primero el dobladillo que esté más recto. Para abrir la esquina, mover la tela, masajeando con dos dedos, uno por cada lado, hasta conseguir el ángulo perfecto. Finalmente, apretar con los dedos hasta que se quede fijo, y después, planchar.
No utilizar nunca un objeto punzante para abrir la esquina porque se podría llegar a romper la tela.
El resultado es que hemos elaborado una prenda bastante combinable, alegre y elegante, indispensable cuando las temperaturas se suavizan, buscando cambiar de estación.
Junto a la chaqueta se observa un rincón del sur. La plaza del Triunfo de Sevilla se encuentra situada entre la Catedral y el Alcázar, y está presidida por el Templete del Triunfo y una estatua de la Inmaculada, imagen venerada por los miembros de las Tunas de Sevilla cada año en diciembre. Elevada sobre una columna en la que se le titula como "Regina" y rodeada por cuatro sevillanos ilustres, defensores del inmaculismo, podemos admirar una imagen de la Virgen con las manos superpuestas en el escote y con una nube de querubines a sus pies. Inevitable desviar la mirada del Templete hacia Ella cuando la luz de Sevilla enciende la blanca piedra que la moldea, a la vez que ese azul único resalta sus formas.
Y para seguir soñando, hay que observarla como está representada en el cuadro, desde el Alcázar; y mantener el aliento en suspenso al comprobar que, no muy lejana, la Giralda le presta mirada de fe, reafirmando su religión.
Así refleja este trocito de Sevilla Naty Santigosa.
Sé diferente. No dejes que las normas te rijan. Una chaqueta así llamará más la atención si llevas las mangas subidas hasta casi el codo. Consigues un toque más actual. Adórnala con pulseras de colores claros, oro blanco, oro rosa, o quizá plata envejecida... al más puro estilo Ángeles Santigosa.
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