La alta sensibilidad de la yema de mis dedos no se conforma con la primera tela que toca, y si lo hace es por falta de otras opciones. Algunas veces me crispo cuando encuentro una buena calidad al tacto que chirría con ciertos irracionales diseños.
Los tejidos adamascados suelen tener una serena elegancia. Se sitúan entre la constancia de los lisos, al mantener un solo color, y el protagonismo de los estampados, por sus bordados florales y redondeados. Pueden acompañar diseños de varios colores y ofrecer armonía. Incluso han sido la solución al dilema de combinar una tela que es mejor que vaya sola. Así ocurría con el último traje de gitana de Ange: era difícil encontrarle un mantoncillo. Hasta que decidimos hacerlo en mi Taller... con una tela adamascada en tono albero.
Aprendí a hacer flecos deshaciendo los de un mantón... Después tuve que hacer los nudos que había quitado, claro. Por supuesto que hay muchos lugares a los que ir a aprender a hacer flecos, pero en horarios incompatibles primero con mis estudios y después con mi trabajo. Al igual que con otras disciplinas que he querido aprender, sabía que algún día lograría hacer flecos, aunque no siguiera las normas establecidas. De hecho, se puede decir que "me invento" las formas que voy flecando, pero estoy segura que ya tienen nombre y han sido utilizadas por muchas flecadoras.
Elaborando el mantoncillo de Ange.
Detalle del enrejao
del mantoncillo.
La forma de lucir el mantón define el estilo y la costumbre de haber vestido de gitana.
Ange ya sabe lo que se hace en la Feria de Sevilla, y le gusta. Le gustan los volantes, los flecos, ver su casa llena de ellos, y que su Madre también se vista de gitana. Desde muy chica golpeaba el suelo con sus pequeños tacones, heredando con orgullo la alegría del Sur.
Si quieres ver más flecos, tienes etiquetas de flamenca, estolas y mantoncillos en este mismo blog, y la pestaña de Flamenca.
midedaldeplata.blogspot.com.es