El de la derecha es el cojín del que te hablo. A su lado puedes ver otro de los que hizo Mara con el mismo estilo. Todos ellos con fieltro, tela, botones, flores de ganchillo, piquillos… y todo cosido a mano con gran paciencia.
El otro día mientras ordenaba mis telas me encontré uno de los cuadrados que habíamos preparado para hacer más cojines de este estilo y que dejamos aparcado para hacer otros trabajos. Así que me dije a mi misma: “Si esta tela está aquí es porque quiere convertirse definitivamente en un cojín” y hoy es un buen día para hacerlo, aunque vuelve a hacer calor y la migraña esté empezando a hacer acto de presencia. ¡Yo soy más fuerte que ella! (espero)
Voy a ponerme manos a la obra. Poco tengo que explicarte, solo proponerte que dejes volar la imaginación, que tomes un trozo de tela beige, blanco o del fondo que prefieras, la flixelina, tu plancha e hilo negro y tu cajita de retales. Siéntete Picasso o Goya por un día y comienza a crear. A mí el estilo ciudad me gusta muchísimo, aunque la casita en el campo… ¡me llama también! Como dice mi profesora de patchwork, las telas van a donde quieren (sobre todo en los cruces), yo las dejaré que hoy que me digan dónde quieren estar y se conviertan en un bonito paisaje.
Finalmente me decanté por la ciudad, por lo que para empezar decidí hacer una carretera, con dos carriles para los dos sentidos de circulación y su paso de peatones. Además de un pequeño parque con su césped bien verde.
Si no has leído los post en los que hablo de las aplicaciones a mano alzada voy a explicártelo de una forma muy sencilla. Deberás cortar la tela que vayas a usar para tu aplicación, una vez cortado coloca el revés de la tela en la parte que tiene el pegamento de la flixelina y cálcalo. Recorta la flixelina del mismo tamaño que tu trozo de tela y plánchalo para que se quede pegada. De esta forma tu tela tendrá más cuerpo, será más sencillo aplicar y la tela no quedará fruncida.
Para coser, yo lo hago poniendo una puntada muy corta en la máquina de coser y pese a que muchos dicen que hay que hacerlo con el pisante levantado, en mi caso prefiero bajarlo. Cose alrededor tantas veces como quieras y si pasas dos veces por el mismo punto intenta que no coincidan todo el tiempo, lo bonito es que quede imperfecto.
Recuerda que todo lo estoy haciendo con retales que tenía en casa, ¡madre mía! lo que dan de sí las telas y aún me quedan muchísimas por utilizar. El siguiente paso era elegir las casas. ¿Cuántas poner y qué colores? Ya sabes que además de estar enamorada del color negro, todo lo que sean colores vivos me encantan así que rápidamente conseguí las telas indicadas.
Recuerda que lo que realmente hace bonito este tipo de costura son las imperfecciones. Tampoco es cuestión de hacerlo mal a conciencia con fallos demasiado ‘escandalosos’ pero sí es cierto que no pasa nada si te tuerces o si las costuras no terminan de coincidir. ¡Es perfecto para esos días en los que quieres evadirte sin tener que pensar en medidas exactas, cruces o formas geométricas!
Quiero hacer un inciso y contarte algo que me sucedió mientras cosía las aplicaciones. Dicen que cada quilt tiene su historia y este cojín tendrá la suya propia. Desde que empecé a coser, la esquina superior izquierda se me doblaba hacia adelante. Por más que lo planchara ella volvía a levantarse. Es como si tratara de avisarme de algo. Pues bien, te enseño la imagen.
Resulta que tengo la costumbre de coser o trabajar con el ordenador y poner una velita y una piedrita que me regaló mi amigo Carlos. Nunca se me ha quemado nada porque la suelo poner a una distancia considerable de cualquier cosa que pueda quemarse. Pero mientras cosía el árbol que hay en el cojín, un olorcillo a quemado me alertó. ¡Casi me quedo sin esquina! Menos mal que estuve rápida y que la cosa no fue a mayores. Eso sí, le puse una nube encima y asunto resuelto. Cuando sea una viejita adorable miraré el cojín y me reiré pensando lo que pudo haber pasado y no pasó. ¡Gracias a que conservo mi olfato intacto! Jajaja
Bueno, después de toda esta odisea, te enseño mi cojín. Aún no lo he terminado, le pondré más detalles como ventanas, algún bordado, un coche… pero creo que te puedes hacer a la idea de cómo puede quedar.
En próximos tutoriales te enseñaré a hacer el cojín. Seguro que algunas de las seguidoras de la página saben perfectamente cómo hacer uno pero te aseguro que hay muchas costureras recientes que lo desconocen y con tantos bloques que te estoy enseñando, algunos de ellos se pueden convertir en preciosos cojines. ¿Te imaginas uno hecho con log cabin? E incluso el corazón que hice ayer o el rag quilt también pueden servir para hacer cojines.
Cose mucho y no olvides disfrutar mientras lo haces. Recuerda que los límites te los pones tu, así que deja volvar tu imaginación y te sorprenderás gratamente.
Por hoy te dejo, ¡ya es tardísimo! y mañana tengo que hacer muchas cosas.
¡Besos costureriles!
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