Te confieso que llevo tres días con un dolor de espalda horroroso y me cuesta la misma vida ponerme a coser, pero esto es como un vicio que no puedes abandonar ni encontrándote mal. ¡Con todas las ideas que tengo! Pero bueno, si tengo que bajar el ritmo lo bajaré.
La cuestión es que quería hacer la aplicación pero no tenía ganas de estar sacando la tabla de la plancha, cortando la entretela y haciendo todo el proceso lógico que lleva hacer una aplicación como la del tapiz del gato, el portarretratos del amor o mi cojín con aplicaciones.
Así que dándole vueltas a la cabeza recordé que para hacer las tradicionales aplicaciones ponemos pegamento de barra a la tela para que mantenga la forma. ¿Qué sucedería si le pusiera pegamento a las telas para sujetarlas al fondo? Pues pasó esto.
Reconozco que no es la forma más lógica de hacerlo pero al final no queda tan mal y para un momento en los que no tienes entretela, hasta puedes salir del paso con esta pequeña trampa
Una vez pegado empecé a coser con una puntada muy pequeñita y con el hilo negro y con tanta curva y giro era bastante complicado, pero ya sabes que esta técnica mientras “peor” quede mejor. Y créeme que era realmente complicado ir dos veces por el mismo sitio porque no se veía muy bien a través de las patas del pisante.
Una vez cosido y en proceso de enamoramiento… ¿qué raro en mí verdad? jeje, me di cuenta que le faltaba una frase o alguna palabra pero no tenía ganas de ponerme a coser a mano así que me lié la manta a la cabeza y escribí con bolígrafo de tela mi frase.
Y ahí que empecé como las locas a girar y girar la tela, ¡qué locura! y desde luego lo peor para mi espalda, pero una vez que empecé tenía que terminarlo. Me encontré con muchísimos problemas sobretodo porque el hilo se me terminaba enredando por detrás pero conseguí solucionarlo en varias ocasiones.
Así es como quedó el bastidor.
Y así está en compañía de sus hermanitos bastidores
Te pido perdón por las fotografías, no se qué pasa hoy pero están todas desenfocadas y me daba mucha pena dejarte sin ver el trabajo. Lo importante es que se aprecia y ves, más o menos, el resultado final.
Creo que con la máquina de coser, la familia de bastidores a mano alzada queda completa, aunque he visto fotos por ahí de paredes enteras repletas de bastidores con muchas telas de colorines. ¡Me encanta esa idea!
Te dejo por hoy que es muy tarde y la espalda me está matando. ¡Nos leemos pronto!
¡Besos costureriles!
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