Para comenzar me he animado a hacer esta alfombra de trapillo con un gatito de fieltro, evidentemente para mi hija.
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se trabaja con trapillo es que se consume mucho más rápido de lo que una esperaría. Para esta alfombra he gastado un ovillo de trapillo rosa claro y dos (o casi dos) rosa fucsia. Esto os lo comento porque tenéis que comprar el trapillo a lo grande, ya que luego no es tan sencillo encontrar el mismo tono.
Otra cosa a tener en cuenta es que el diámetro del trapillo va variando, así que el trabajo no queda tan homogéneo como con el crochet tradicional. Por eso mismo todos los patrones han de ser aproximados y en caso de que veamos que nuestro trabajo va quedando irregular tenemos que ir aumentando puntos más o menos a menudo.
En cualquier caso, os pongo el patrón de mi alfombra y lo podéis ir modificando según os vaya pareciendo. De hecho, el mío está modificado de este patrón, pero cambiando sobre todo la parte central para que quede más cerrada (el patrón original es un mantelito o tapete, y quedaba demasiado "agujereado" para alfombra).
Esta alfombra está hecha con un ganchillo del número 10. Tiene un diámetro aproximado de 60 centímetros, pero se hace muy rápidamente pese a su tamaño.
Podéis encontrar el patrón en mi blog, MADRES HIPERACTIVAS.
Y mientras yo me dedicaba a hacer la alfombra,, mi hija se fabricaba un marcapáginas. La verdad es que con la Big Shot se hacen en un momento, y quedan muy graciosos, pero conociendo a mi niña esto será el primer paso a una superproducción de marcapáginas (como dice su padre, tiene a quien salir).
Por cierto, como podéis ver por las fotos mis dos hijos me han hecho de modelos de pies. Mi hijo se estaba duchando y ha comenzado a pedirme gel desde el cuarto de baño "porque el que tenía era para piel seca y él ya se la había mojado" (también tiene a quien salir en el cachondeo).