Supongo que si nos sigues desde hace tiempo, habrás caído en la cuenta que mis indispensables son los negros, los turquesas, los rojos y los lunares. Es como una enfermedad y por más que intento salirme de ahí, siempre caigo con alguno de los elementos. Pues bien, hoy he usado negros y turquesas.
He ido a mi fantástica cajita de retales y he buscado tiras, sin mirar mucho el ancho, aunque todas tenías más o menos el mismo, salvo una que al final resultó ser muy finita pero aún así la mantuve. Total, que las coloqué más o menos a mi gusto, en un principio como en la foto, aunque cuando me puse a unir hice alguna pequeña variación.
Haz un ejercicio de imaginación y piensa en todas esas tiras que tienes por casa con multitud de colores, ¿no sería una explosión de alegría? Es más, te confieso que ahora que lo he terminado creo que habiendo metido más tiras un poco más estrechas, tal vez hubiese tenido su toque, pero es algo que haré más adelante, ¿por qué no?
Una vez decidido el orden las cosí unas a otras y planché todas las costuras hacia el mismo lado. El siguiente paso fue medir el ancho de la unión de tiras, en mi caso fueron 13 cm y cortar cuadrados perfectos de esa medida. Casualmente me dio para cuatro cuadrados, por lo que al final obtendría dos molinillos, ya que para cada uno necesito dos cuadrados de color y otros dos de la otra tela que elija. En mi caso usé un fondo blanco.
Y como se suele hacer en estos casos, marcamos la trasera de la tela blanca que será mucho más cómodo que en la otra que tiene tantas costuras y nos vamos a la máquina a coser. Recuerda que cosemos a la derecha de la marca y a la izquierda, dejando 1/4 de pulgada de margen de costura y luego cortamos a la mitad, justo por la marca que hemos dibujado.
Si te fijas algunas líneas están en horizontal y otras en vertical, y salieron así porque cosí las diagonales en diferentes direcciones, buscando un efecto diferente en cada uno de los cuadrados formados por triángulos.
En este punto se me empezó a torcer todo. No veía muy clara mi idea inicial de hacer los molinillos y traté de hacer una de las múltiples combinaciones que permite esta técnica. Pero creo que esa sensación que tenía hoy de “mejor quédate en la cama”, se trasladó a la costura y con picotazo incluido, seguí adelante con mi plan original, de lo que no me arrepiento porque me gusta mucho el resultado. Eso sí, solo terminé uno de los molinillos porque la costura central del segundo se me estaba resistiendo y después del picotazo no quería tentar a la “suerte costureril” y llevarme un regalo mayor.
Dirás que no tengo abuela, que en realidad ya no las tengo, pero me encanta como quedó y aunque no se para qué lo usaré aún, se queda bien guardado en mi caja de los bloques que te estoy enseñando que cada vez es mayor. Antes la estuve revisando y me quedé asombrada de lo que han dado de sí estos tres meses.
Si que decir tiene que puedes revistar el post que escribí sobre el molinillo para que veas la técnica más clara, en el caso de que las tiras te resulten un lío, y también el molinillo que desaparece, que también queda muy chulo.
Como ves, no nos quedamos sin opciones y seguimos aprendiendo cosas nuevas cada día. Ahora se me ha metido en la cabeza hacer alguna estrella y aunque estaba buscando una mini lone star para poder hacer y colgarla en un bastidor, aún tengo una versión maxi por empezar, así que no se si me animaré. Tal vez una estrella de ocho puntas muy chula que encontré. Ya te iré contando así que no nos pierdas la pista.
¡Nos leemos pronto!
¡Besos costureriles!
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