En patchwork hay varios molinos diferentes pero hoy te voy a explicar el más sencillo para que te vayas habituando, sobre todo a las uniones y las costuras. Además te contaré por qué es tan importante tener una plancha muy cerca cuando estamos cosiendo. ¿Empezamos?
Para este molino que has visto vas a necesitar solo dos telas, mi recomendación es que utilices una de fondo y otra de contraste, es decir, alguna de color que destaque sobre el fondo. Cortaremos dos cuadrados de cada una de ellas, yo los voy a hacer de 14,5 cm así que me quedarán bastante grandes.
¿Recuerdas cómo hacíamos los cuadrados formados por triángulos? Pues ya sabes, coloca dos cuadrados, uno de cada color, derecho con derecho y corta la diagonal. Obtendrás ocho triángulos que tendrás que coser por el lado más largo. Plánchalos hacia el lado más oscuro de la tela (yo lo he hecho hacia el blanco porque la tela es más tupida).
Ahora solo tienes que jugar con ellos, fíjate la cantidad de dibujos que puedes hacer con unos cuadrados tan sencillos como estos.
Cuando ya los tienes colocados como en la última imagen, solo tienes que coserlos dos a dos, asegurándote de hacer coincidir las costuras en diagonal para que vayan todas al mismo punto. Una vez cosido vuelve a planchar pero en esta ocasión con las costuras abiertas. Y por último cose las dos partes que te han quedado asegurando bien el centro con alfileres para que no se mueva y coincidan todas las puntas sin ningún problema.
¡Ya tienes tus molinos hechos! no desesperes si no te coinciden todas las puntas. Desbarata y vuelve a hacerlo, suele pasar las primeras veces pero poco a poco verás que cada vez los haces con menos problemas. ¡Es cuestión de intentarlo y confiar en que lo lograrás!
Estos molinos que hemos hecho hoy los voy a incluir en mi quilt de Mi historia en patchwork, por dos motivos fundamentales. El primero es que con sus aspas me recuerdan a Fuerteventura, la isla en la que vivo y donde me siento muy feliz, porque me ha dado tranquilidad y unos amigos únicos. Aquí los molinos son parte del paisaje y gracias a ellos recordamos que muchas familias pudieron alimentarse en los años de sequía. El segundo motivo es porque me recuerdan a mi sobrina Patricia y mi hermano Tono. Ellos viven en Ciudad Real (Castilla La Mancha), tierra de los molinos y de las grandes aventuras de Don Quijote de La Mancha. Aún recuerdo la sorpresa que me produjo ver una colina sobre la que había infinidad de molinos agrupados. Parecían gigantes alzando sus brazos.
Así que además de la cámara de fotos y mi jardín azul, otro trocito de mis recuerdos estará en ese maravilloso quilt que poco a poco va creciendo. Un pedacito de mí y de mis sentimientos hecho en patchwork.
Si quieres seguir aprendiendo con nosotras no dudes en suscribirte o en compartir nuestro blog con todos los que quieran aprender. Esperamos tus comentarios y sugerencias, ¡nos encanta leerte!
Y ya sin más… ¡Feliz fin de semana!
La entrada Cómo se hace el molino o molinillo aparece primero en .