Todo empezó cuando Leroy Merlín Rivas me propuso preparar un taller navideño para los peques de la casa. Después de conocer los productos de su catálogo de Navidad, me pareció buena idea crear bolas de nieve con sus figuras para el árbol y usar guirnaldas para decorarlas.
Además, es un DIY que podrían repetir en casa reciclando los tarros de conserva.
Los materiales que usamos fueron:
Tarros de cristal reciclados
Agua y glicerina
Figuras navideñas
Pegamento a prueba de agua
Tela de arpillera
Purpurina
Gomas elásticas y tijeras
Guirnaldas
Este ha sido mi primer taller con niños y me suponían un reto. Los niños, saben lo que quieren, lo que les gusta y los que no. Son grandes sabios en cuerpos pequeñitos y no quería defraudarles.
Mis alumnos, según iban llegando, se iban quitando el abrigo, remangando y buscando asiento. ¡Aquí no había tiempo que perder! Venían a hacer bolas de nieve y eso ¡es un asunto muy serio!
No fue fácil elegir figura navideña de entre todas las que elegimos. Pero, tomada la decisión, comenzaba el proceso creativo.
Y una vez, todos en sus puestos, con su tarro y su figura, lo primero que hicieron fue pegar la figura en la cara interna de la tapa del tarro de cristal.
Como en el taller no tenemos mucho tiempo para respetar los tiempos de secado, nos propusieron usar este pegamento de Ceys. Y puedo decir, que realmente funciona al contacto con agua. ¡Totalmente recomendable!
Mientras los muñecos de nieve, papá noeles y animalitos del campo, pegaban sus pies a sus respectivas tapas. Los niños recortaron tela en forma de círculo para decorar el bote una vez terminado.
También eligieron la guirnalda que daría el toque final a su bola de nieve.
Para conseguir el círculo adecuado al tamaño del tarro, hicieron unas rayas de longitud similar alrededor del bote y las unieron creando un círculo.
Después, llegaba el momento más esperado. ¡Llegaba la purpurina!
Llenamos los botes de agua sin llegar a llenarlos por completo y añadimos un chorrito de glicerina líquida (podéis encontrarla en la farmacia) para que espese un poco y la purpurina caiga más lentamente.
Añadimos la purpurina al gusto. Y el resto, sólo fue agitar y ¡crear magia!
La purpurina rosa nos sorprendió tiñendo el agua por completo. Un efecto muy apreciado entre las amantes del color rosa.
Después, cerramos el bote y colocamos nuestro círculo de tela sobre la tapa. La sujetamos con una goma elástica y atamos una cuerda sobre ella para esconderla. Finalmente colocamos un trozo de guirnalda y ¡listo!
¡Así de bonitas quedaron nuestras bolas de nieve!
Y aquí, podéis ver a alguno de los artistas que nos acompañaron.
¡Un aplauso para todos ellos!
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