La casa estaba repleta de móviles, pero dos de ellos me llamaron especialmente la atención porque estaban hechos con elementos marinos. Yo me he pasado dos años recolectando conchas con agujeros para hacer algo así en casa, y parecía que me habían leído el pensamiento.
El primero y más pequeñito estaba en el baño. Se trataba de un móvil con un único eje, formado por un trocito de caña seca, y de tres colgaduras de conchas de diferentes tamaños y colores. Al cerrar la puerta hacían un ruidito super agradable que te transportaba a la orilla del mar en un periquete.
El segundo, mucho más grande y elaborado estaba en una de las habitaciones de la casa, en un rincón pero tomaba todo el protagonismo de la estancia.
Este estaba formado por dos cañas perpendiculares. De cada punta colgaba una composición de elementos marinos, y del cruce central colgaba una quinta. Colgaban conchas, esqueletos de erizos marinos, piedrecitas y hasta un trozo de rama.
Me fascinaron especialmente los esqueletos de erizos, porque tienen unos colores preciosos. Los hay rojizos, rosas, verdosos y hasta lila. En mis excursiones a la playa, tuve la ocasión de bucear con un snorkel y pude verlos en el fondo marino, junto con los erizos vivos, estrellas de mar y toda una gama de peces maravillosos.
Sin duda me ha enamorado la zona, y solo puedo decir que espero volver algún día, recomiendo visitar Almería al máximo.
Espero que os haya gustado esta pequeña pincelada handmade de mi viaje. En cuanto haga algo con los palitos que recolecté en la playa, os lo enseñaré por aquí, así que no te pierdas ni una publicación y suscríbete al newsletter o a nuestra página de facebook.
Un saludo y Bye Bye September!
M.