Como no son difíciles de hacer he hecho uno para mi clienta favorita.
Estos monederos se hacen en un pis pas (ya se que siempre pongo que todo se hace rápido, pero es la verdad, ya que yo no soy de complicarme mucho la vida).
Necesitamos:
-tela para interior y exterior
-entretela adhesiva por una cara
-una boquilla de monedero (la mía me ha costado 1,80 euros)
-adornos varios
Lo importante es escoger unas telas bonitas y que combinen para interior y exterior, y una boquilla que resulte mona y combine con el diseño de las telas (¿que decís de mi boquilla de corazones para la tela de Caperucita?).
Las telas son de una tienda americana; compré lo que llaman Fat Quarters (retazos de tela cobinados para patchwork y demás, que salen muy bien de precio). El enlace de la tienda lo tenéis en la parte inferior del blog.
Una vez escogidas las telas y la boquilla hay que diseñar nuestro monedero. Para ello lo ponemos sobre un folio y dibujamos el monedero que queramos, teniendo en cuenta dejar un margen alrededor de cerca de 1 cm. Lo mejor, para que resulte simétrico, es marcar por la mitad el papel y cortar los dos lados iguales.
Aquí podéis ver la diferencia entre el tamaño del papel y el monedero final.
Una vez tenemos el diseño en papel, cortamos dos piezas de la tela del monedero, dos de la que utilizaremos para el forro y dos de entretela adhesiva. En mi caso, antes de cortar la tela del monedero le he hecho un pliegue o pinza con la plancha (lo podéis ver en el centro del monedero) para que quede más mono (en este tutorial podéis ver los pasos gráficamente).
Una vez cortadas las cuatro piezas, plancháis la entretela a la cara interna de la tela del monedero. Los siguientes pasos son similares a los que os indique para hacer un estuche (los podéis ver en esta entrada): cosemos las dos telas exteriores derecho con derecho, hacemos lo mismo con las dos telas interiores, damos la vuelta a las telas exteriores (planchadas con la entretela) e introducimos en su interior el forro, ayudándonos con los dedos para dar forma.
Una vez hecho esto, la parte más complicada de todo el proceso es coser la boquilla: os aconsejo que empecéis marcando las partes centrales para que no os queden pliegues ni arrugas. La boquilla se va cosiendo con un hilo a juego, teniendo cuidado de coser todas las piezas de tela (la exterior, la interior y las dos entretelas).
Después se adorna el monedero con los detalles que os gusten. En mi caso lleva una cinta de encaje blanca, un lacito rosa a lunares sobre una flor de tul (con perlita incorporada) y un colgante de un candado.
Aquí podéis ver un detalle del monedero por detrás.
Y el detalle de la tela, que es tan bonita que para que el monedero quede feo hay que esforzarse mucho.
Y aquí el monedero abierto.