Aunque han pasado unos meses, la fiesta de científicos sigue siendo una de mis favoritas de todas las que hemos hecho. Creo que no hay nada como un buen experimento para mantener a los niños interesados y divertidos durante un buen rato. Particularmente si al final haces blandiblub :)
Este año teníamos a un científico loco que se había dado un golpe en la cabeza y no se acordaba de nada. Tenía todos los experimentos a medio apuntar, pero no sabía cómo terminaban y necesitaba ayuda desesperadamente.
Todos nuestros científicos recibieron las tapas de su libreta de experimentos al llegar y tras cada experimento les fuimos dando una ficha con los primeros pasos para rellenar. Al final, con todas las fichas, les hicimos a todos una libreta de científicos para que se llevaran a casa y pudieran sorprender a sus padres.
Lo primero que hicimos fue ponerles a todos una bata, unos guantes de látex y una mascarilla. Estaban guapísimos :)
Una vez vestidos y puestos en situación, con nuestro científico loco diciendo tonterías como que 2+2 son cinco, les comenzamos a explicar los diferentes experimentos que había que terminar.
El primero era pasar agua de un vaso a otro sin tocar los vasos y ayudados únicamente de papel de cocina. Este no les costó nada, enseguida un pompón pensó en meter un trozo de papel en ambos vasos a ver qué pasaba. y pasó lo que tenía que pasar:
También les hicimos probar a pasar por en medio de una cuartilla... No pongáis esa cara que el pompón friki os lo enseñó anteayer.
Después les preguntamos si se podía clavar una cañita en una patata. Claro que no, ¿verdad? La cañita es endeble, la patata es dura... es imposible, la cañita se dobla. Pero resulta que si uno tapa el agujero de la cañita con el dedo mientras apuñala sin piedad la patata...
Llegó el momento de hacer desaparecer una moneda. ¿Podrían? Solo tenían un vaso de agua. ¿Cómo iban a esconder la moneda? ¿Sabéis vosotros cómo se hace?
A nuestro científico chiflado se le habían mezclado la sal y la pimienta. ¿Hay alguna manera de separarlas? ¿Con lo pequeñas que son? Pues con electricidad estática, queridos amigos.
Hay muchos, muchos experimentos que me gustan y que repetimos de vez en cuando porque son una pasada. Pero uno de los que más me ha sorprendido en todo este tiempo es el que les hicimos a continuación, que no puede ser más tonto ni más alucinante. Atad un tenedor en el centro de una cuerda. Poneos cada uno de los extremos de la cuerda encima de la oreja, sujeto con un dedo, como si os taparais los oídos. Haced chocar el tenedor contra cualquier cosa (una mesa, una silla, una puerta). Flipad.
Después les lanzamos otro reto, atravesar un globo con una brocheta de madera. ¿Sabéis que se puede? Solo hay que elegir muy bien los puntos por los que se pincha, de verdad...
Y de ahí pasamos al blandiblub. Engañamos un poco a los niños y les dijimos que eran productos súper peligrosos. Las botellas tenían calaveras dibujadas y los hicimos taparse del todo. Mezclamos las dos mezclas mágicas, un chorrito de pintura luminiscente y hala, los dejamos jugar hasta que se aburrieron.
Teníamos muchos experimentos más preparados, pero el tiempo (y la atención infantil) son limitados, así que ahí nos quedamos. El resto quedan en reserva para una tarde lluviosa o un rato de aburrimiento estival.
¿Qué os parece? ¿Conocíais los diferentes experimentos? ¿O no teníais ni idea?