Por eso, vuelvo a la batalla con un smoothie en la mano.
Recordaréis que ya os hablé de ellos en una entrada anterior. Si queréis volver a leerlo, seguid este enlace.
He de reconocer que es la única manera de que tome toda la fruta que debo o por lo menos acercarme. Y es que eso de las cinco piezas de fruta al día, ¡me quita el sueño!
Para tomarlo me gusta usar un vaso de plástico con tapa y pajita que compré en Primark. Como el tiempo pasa por todos, le ha tocado jubilarse y necesitaba un sustituto. Cual fue mi sorpresa cuando vi la solución en una tienda de decoración paseando por Sevilla.
No era más que un tarro de cristal con tapa de metal habilitada para una pajita. Y como siempre a continuación vino mi frase de “esto me lo hago yo”. Y he aquí mi versión, como diría el aviador de El principito.
Tarro de cristal
Papel decorado adhesivo
Washi tape
Pajita
Taladradora
Lo primero que haremos es taladrar la tapa dejando un orificio en el que entre nuestra pajita. Si entra justa mejor que mejor, porque así evitaremos derrames.
Para decorarlo recortaremos un círculo de un diámetro mayor que el de la tapa.
Para darle el toque final, coged una pajita y hacedle una banderita con washitape.
Posteriormente, hacemos un smoothie y lo acompañamos con dulces para un buena desayuno. En mi caso un desayuno rural de los que sólo pasan en vacaciones.