Una de mis primeras puntillas de bolillos sirvió para enmarcar una flor de Pascua bordada, y que mi Madre transformó en una admirable bandeja. Se trataba de una tira recta a la que se le obligó a formar esquinas, con el borde hecho en pluma. Quizá se trate de la segunda puntilla de bolillos que hice y a la que se le podría reconocer como tal sin provocar risa. A pesar de sus fallos técnicos, produjo bastante satisfacción en esta aprendiz de encajera.
El bordado de la flor seguía la silueta de la misma en color rojo, señalando los bordes con hilo Anchor mouliné lamé en tono dorado. Este mismo hilo es el que se ha utilizado para bordar en relieve los granos centrales de la flor. La hoja posterior se ha bordado con hilo Anchor mouliné en verde oscuro, intentando no desviar la atención de la hoja roja como motivo principal.
La gama Lamé de Anchor es un tipo de hilo con el que no se puede realizar un bordado fácil. Si observamos el hilo en sí podemos comprobar que está formado por pequeños fragmentos alargados y curvos de material metálico brillante. Estos fragmentos están huecos por lo que permiten pasar un hilo por su interior, y es este hilo el que mantiene a los fragmentos engarzados unos con otros. Debido a esta estructura, si enhebramos la aguja de la forma convencional, al tirar del hilo con el gesto de bordar, el ojo de la aguja encontrará el hueco entre dos fragmentos para quedarse siempre situado ahí, aumentando cada vez más la separación entre los mismos. Con las pasadas por la tela, la tensión hará que la distancia entre los dos fragmentos vaya aumentando, exponiendo el hilo que los une a una mayor fricción con la aguja. Al poco de iniciar el trabajo se podrá observar un auténtico deterioro en el hilo con el que se está bordando, acortando su longitud útil. En algunos casos, antes de apreciar el mal estado del hilo, ya se habrá producido la rotura del mismo, hecho que impedirá terminar de bordar el dibujo o realizar un remate elegante. Por tanto, al trabajar con este tipo de hilo es fundamental enhebrar la aguja con una lazada, como se muestra en las próximas imágenes. La torsión entre fragmentos no es tan prominente y brusca como en el enhebrado habitual, evitando deformar la estructura del hilo.
Se introducen los dos extremos del hilo por el ojo de la aguja.
Se pasa la aguja por la lazada que forma el hilo en su extremo.
Se ajusta el hilo alrededor del ojo de la aguja, pero sin tensar.
El hilo Anchor mouliné lamé se comercializa en varios colores: rojo, azul, amarillo, verde, oro, plata...
La casa DMC también tiene una línea dedicada a hilos metálicos.
A pesar de la intensa temática navideña que expresa este bordado, la bandeja puede ser contemplada todo el año, ya que mi hermana no la tiene precisamente guardada. Creo que le gustó bastante este Regalo de Navidad...
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