Encontré las flores por separado... ahora había que enlazarlas. Tenía que haber armonía entre ellas, unión y, sobre todo, que quedara perfecto. Quería bordar el pañito más perfecto que jamás se hubiera visto...¡era para mi hermana!
Sólo en hacer el patrón y unirlo al tul tardé exactamente seis horas, midiendo y encajando flores. Y éste fue el resultado :
El pañito está bordado sobre un tul de algodón en tono beige, utilizando para ello hilo mouliné DMC color ecru.
El punto que aparece en primer plano lo he llamado punto de estrellas. He de decir que se me ocurrió a mí, y como no lo había visto antes, me he permitido darle yo el nombre.
En el bordado sobre tul se combinan las pasadas para conseguir los diferentes puntos. Así, podemos encontrar cruces en las tres direcciones del hilo que tiene un tul, introduciendo la aguja una vez sí en un hexágono y una vez no para la primera dirección del hilo, que suele elegirse la del hexágono alargado. Después se cambia a otra dirección y se alterna igual con la aguja. El punto se concluye al girar a la tercera dirección, obrando igual que en las anteriores. Este punto tipo esterilla adorna las esquinas de este pañito. Existe un punto de difícil ejecución que se conoce como punto de espiga. Las flores centrales tienen cinco hojas. El bordado de las hojas más externas se realizó en el citado punto de espiga. Para hacer este punto se siguen las direcciones del hilo oblicuas, introduciendo la aguja inclinada. Hay que tener cierta experiencia para que salga bien, ya que la tensión del hilo ha de ser la adecuada para ir formando el dibujo.
punto de esterilla
punto de espiga
En el pañito podemos encontrar seis flores adornadas con hojas, cuyos pétalos se han llenado con punto de flores. Se trata de un punto sinuoso entre dos filas paralelas de hexágonos, dejando vacía la fila que se encuentra en medio de ellas.
Los laterales de estas flores se han querido bordar alternando filas de dos pasadas de hilo con filas de una sola pasada.
Debido a sus dimensiones, se trata de una pieza de gran valía. Pero realmente es el esmero y el interés en que sea una labor bien hecha los que han hecho que llegue a ser un objeto de un precio incalculable.
El tul recibe su nombre de la ciudad francesa de Tulle, en la región de Limousin, aproximadamente en el centro del país. Originariamente, el tul se tejía en telares, torciendo el hilo de la urdimbre después de pasar el hilo de la trama, formando el aspecto de un panal al no quedar los hilos de la trama consecutivos. Al pasar la producción manual a industrial, el dibujo del tul fue ganando complejidad.
Actualmente, el tul se produce en las llamadas máquinas Rachel con ayuda de unas agujas en forma de gancho que dan lugar a mallas como forma básica.
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