No tuve espera y decidí “estrenarlas“, ¡que buena idea! Ya sabéis que soy bastante caótica a la hora de tomar notas, puesto que la mayoría de veces lo hago para mí. El proceso de pasar las notas a un patrón “medianamente” entendible es tedioso. Como suelo hacerlo conforme voy tejiéndo pocas veces presto atención. Desde luego este patrón se hace en un periquete, y en cuanto esten ahormados, os los subo a Ravelry.
No me apetecía repetir un patrón sin más, y seguro que este hasta ya está diseñado, ni idea. Quería algo fácil y rápido para las tardes de los jueves. Fácil porque si tengo clase no tengo la necesidad de ir contando una y otra vez los puntos, ni tengo que estar pendiente de la muestra o del gráfico. Y rápido porque me encanta el ejercicio de memorizar y hacerlo sin mirar apenas. A veces creo que el yoga es lo único que hago sin prisas. Bueno y otras cosillas sobre las que no me voy a explayar ahora.
Por desgracia mi talento como fotógrafa es nulo. Nunca consigo sacar los colores tal cual ni la imagen definida. Sigo poniéndole empeño, pero esta claro que para ello soy bastante torpe. La idea era que se pudiera ver el punto.
Esta otra parte es la que corresponde a la planta, mirad que colores más chulos. Estas lanas son como de chico, muy oscuras. Pero como los varones de casa (el pater familias y los sobrinos) han mostrado escaso interés en ellas, se los queda servidora. Entendedme, ya se que son un regalo, pero a mí no me importa tejer para ellos, es más, me encantaría.
Lo del talón, pues otra maravilla. No lleva nada del otro mundo Ni patrón, ni dibujo, ni vueltas cortas, ni rollos macabeos, ni cosas raras. Que a veces en lugar de talón parece que estes haciendo una prueba para la NASA con tantas instrucciones.
¿Se nota que estoy encantada con ellos? Sin agujeros, sin tirones, y encajando a la perfección en el patrón, como si fuera un puzzle. Están tejidos de abajo a arriba, por aquello de “no empezar la casa por el tejado”.
El objetivo (personal) está cumplido. Tejerme mis propios calcetines y calentarme un poco la cabeza con el diseño. Bueno vale no tanto, reconozco que lo pasé de fábula cuadrando los puntos. Lo mejor de todo fué que una vez vistos mis alumnas me los pidieron, están como locas por tejerlos.
El objetivo (no sé si podría decir profesional) pues también. Crear algo para mí y que mis alumnas pudieran también tejer. Este verano lo vamos a pasar de fábula aprendiendo técnicas nuevas.
Gracias a Pinterest, (que es un poco como el bolso de Mary Poppins y en donde se puede encontrar de todo), conocí este punto. Y vaya si le he sacado partido.