Este año un grupo de amigos hemos celebrado la nochevieja en el ático, para ello tuvimos que subir algo de leña, ya que no tenía mas que 3 o 4 tronquitos. Una vez la leña en el ático uno de los troncos me pareció que quedaba muy bien como banco y esa misma noche ya fue utilizado como tal.
Cuando se me mete algo en la cabeza, no paro de darle vueltas y no quería deshacerme del tronco, quería reciclarlo y hacerlo diferente, como un complemento mas de la decoración.
Entonces pensé en un asiento de taburete que guardaba hace tiempo en el garaje de casa, el cuál guarde por si algún día lo necesitaba para la estructura de otro taburete, de momento no tenia otro taburete inservible para reciclar, pero si un tronco de pino que quería convertir en banquito. El tronco de pino lo he dejado igual, porque al estar un poco inclinado como mejor se mantiene derecho es con el propio peso del tronco. A el asiento viejo que he reciclado, le he hecho una funda nueva de tela con dibujo de leopardo, que se pueda quitar y lavar. Para ello he aprovechado parte de tela de el asiento viejo, (lo que me ha servido; la tela de bajo que es mezcla con nylon) y la cremallera al estar unida a esta parte de bajo del asiento, también me ha venido muy bien.
Primero siempre reúno lo que me va ha hacer falta y si me hace falta algo que no tengo lo compro, para hacer este banquito solo me ha hecho falta la puntilla negra, que me costo 1,60 euros. El resto todo lo tenía en casa
Una vez todo preparado, descosí todo el asiento viejo (dentro había una chapa redonda de madera y una esponja), la parte de tela negra que veis en la foto es lo que he aprovechado. Al descoser el asiento viejo me ha venido muy bien para tener los patrones y no tenerlos que hacer.
Al final estoy contenta con el trabajo, con un tronco que íbamos a quemar, tengo un banquito nuevo y encima viene muy bien, para cuando vienen mas visitas de las esperadas.
“Haríamos muchas cosas si creyéramos que son muchas menos las imposibles”. Mohandas Karamchand Gandhi
Esto ha sido todo por hoy, siempre con ganas de volver a escribir!
Conchi Espejo.
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