Si estás participando en el grupo de Facebook de El costurero de Lulú-Proyectos donde hemos hecho una carpeta con todos los estuches de cuatro cremalleras que han ido haciendo las seguidoras del blog, te habrás dado cuenta de la enorme diferencia que hay entre unos trabajos y otros. Las medidas son exactamente las mismas y también la técnica, pero no las telas, y es precisamente eso lo que marca la diferencia.
¿Te ha pasado alguna vez que quieres hacer un proyecto y te sientes como un pintor ante un lienzo en blanco? es lo mismo que me sucede cuando voy a escribir uno de mis reportajes, la pregunta es, ¿por donde empiezo? ¡Por suerte en el blog no me pasa! aquí escribo y escribo, y yo misma tengo que exigirme control, porque si no me sale una enciclopedia
Nosotras vamos a empezar por conocer los colores primarios y secundarios. Si tienes hijos te sonará todo esto porque más de una vez habrás jugado con ellos a mezclar colores.
Aunque no lo creas, todos estos conocimientos los adquirí en la facultad cuando estudiaba la carrera y de esas cosas que crees que jamás va a utilizar y ¡vaya si las he utilizado! De hecho siempre he soñado con tener un taller de costura, con una pared de pizarra desde donde cuelgan algunos banderines de colores alegres, y en otra de las paredes, colgar un círculo cromático. Una ayuda perfecta a la hora de combinar colores en nuestros trabajos.
Pero estoy segura que a lo que estás más acostumbrada es a usar colores análogos, esto son las familias de tres o más colores colocados unos al lado del otro en el círculo cromático. Con esta paleta conseguimos buenos contrastes, pero no tan buenos como si usáramos los colores complementarios.
Un buen ejemplo de esto es el mantel que hice una vez que mezclaba rojo y naranja. Dos colores que odio juntos pero que en esa ocasión quedaron geniales. De hecho, la tela imán de esta combinación ya tenía estos tres colores análogos, el rojo, el naranja y el amarillo.
El primero, que repases la entrada en la que te conté los tipos de colores que podíamos usar en un quilt, Telas, telas y más telas; también puedes mirar el de Telas precortadas, la combinación perfecta; y por último y lo más importante, si el trabajo es para ti, guíate por tu instinto, coloca una tela al lado de la otra y decide si te gusta como queda o hay algo que te chirría. Haz muchas pruebas, descansa, mira hacia otro lado, y sobre todo, jamás compres de memoria, porque las telas cuando las tenemos en la mano cambian sustancialmente.
Acostúmbrate a hacer estos ejercicios y verás cómo obtienes resultados espectaculares y si eres capaz de acordarte del círculo cromático, prueba de vez en cuando a meter algún complementario y verás cómo gana tu trabajo.
Por hoy lo dejamos aquí, no quiero volverte loca la cabeza, ya me contarás si lo pones en práctica. Disfruta mucho del fin de semana y como siempre, ¡¡nos leemos pronto!!
¡Besos costureriles!
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