Celia tiene una cazadora vaquera que ya de por sí era diferente a las típicas cazadoras vaqueras: un diseño más de niña, además de que el cuello, las tapetas de los bolsillos y el bajo. Pero le faltaba algo...
Así que me fui a la mercería y compré un par de metros de encaje en color crudo y se lo puse por debajo del cuello...
Y en el por encima del bajo de color claro:
Por detrás, queda tan bonito...
Aunque a veces, cuando lleva el pelo suelto, su melenaza lo tapa:
Una forma de darle un toque romántico a una prenda tantas veces reinventada y que además, se hace en un ratito...
Anda que no va chula mi niña con su cazadora... Que además, se le está quedando pequeña, porque aún tiene esa barriguita de bebé tan redondita y mordible.
Y como ya es viernes, mi mente está dando vueltas a los próximos proyectos, en los que utilizaré la Silhouette Cameo, que cada vez estoy más convencida de que ha sido el regalo de mi vida (sólo comparable a la Termomix que me regaló mi suegra, para que luego digan de las madres políticas...).
Que paséis un fin de semana estupendo!