Con la mudanza ha salido mucha ropa, demasiada!!! La mayoría antigua en varios niveles:
- Nivel "me da pena tirarla": esa estará un año o dos más hasta que veamos que ocupa demasiado y seguramente no nos la hayamos puesto ni una sola vez.
- Nivel "no me la voy a poner seguro pero algún uso hay que sacarle": DIYs por doquier
- Nivel "todavía la puedo usar pero le voy a dar un aire nuevo": En esta categoría entra el DIY de hoy!
-Nivel "a la basura": no la quiero ni pa trapo! (Os podéis imaginar cómo estaba... jaja)
El de hoy es de darle un aire nuevo a una prenda antigua, es una cazadora que tengo desde los 14 años. Ya tuvo su momento y, como me da penilla tirarla, pensé en teñirla. Las frutas me encantan y siempre que se acerca esta época me pongo como una loca a llenar mi armario de color. En invierno soy una "pro negro" y color meto menos de lo que me gustaría y siempre acabo comprándomelo todo en negro. Será algo divertido y dará y toque original y único. Todos podéis hacerlo con cualquier prenda, en el caso de la cazadora podéis decolorarla con lejía antes, yo no lo he hecho y de igual manera el resultado me ha encantado.
¿Qué necesitamos?
- Prenda de ropa que queramos teñir
- Tintes para ropa (verde oscuro y rojo)
- Barreño
- Guantes
- Rotuladores para tela
Vamos con el proceso, veréis que sencillo!
Aquí veis la cazadora y los tintes que he utilizado
He seguido las instrucciones del fabricante, imagino que depende de la marca algún paso cambiará pero básicamente será parecido: mezclar el fijador con agua caliente, echar 5 cucharadas de sal por cada litro de agua y finalmente el tinte. Si la prenda está previamente mojada y limpia, mejor.
Primero he preparado la mezcla del color rojo y he introducido la cazadora hasta dejar la parte que quería en verde fuera. Lo he dejado 40 min. Una cosa que he hecho mal, y que por eso no se me ha quedado el color tan bien como quería, es que tenía que remover cada ratito. Así el tinte puede llegar a zonas donde quizá está tocando la tela con otro trozo y no se llega a teñir del todo bien. He aprovechado para teñir un poco de trapillo que yo misma había hecho también para otro post que os enseñaré la semana que viene.
Una vez pase el tiempo que el fabricante recomienda sacaremos la prenda, la enjuagaremos con agua caliente y lavaremos. Volveremos a repetir el procedimiento con el color verde en la zona que hemos dejado sin teñir. Este es el resultado, chulo ¿eh?
Ahora sólo le falta el toque final para ser una fresa, con rotuladores de tela (estos son de IKEA) dibujaremos las pepitas a nuestro gusto.
Estoy encantada con mi no tan nueva cazadora (aunque es como si lo fuera)! Y vosotros, ¿os animáis dar un cambio de color a vuestra ropa?