Llegados a este punto (he cerrado la espalda, las mangas y casi los delanteros) me parece que va siendo hora de contaros como ha sido el desarrollo de esta prenda.
Una vez comprada la lana, me dediqué a montar mentalmente el diseño. Luego lo puse por escrito y finalmente lo pasé al programa con el que trabajo. De las clases de “corte y confección” me ha quedado el vicio de dibujar los patrones. No ha tamaño real, claro. Pero si de tal forma que en él vaya apuntando mis medidas y luego las variaciones que más tarde quiero tejer. Por ejemplo en la zona de los elásticos, que anoto si va 1/1 ó 2/2, o cualquier cosa que se me ocurre. Por eso dibujo la espalda, el delantero (o ambos si es chaqueta como en este caso) y la manga. Os pongo otro ejemplo, para el poncho simplemente dibujé la prenda tal y como la quería.
¿Por qué tomar medidas es tan importante? Simple, porque cada uno somos de un padre y de una madre. Cada uno tiene su propia estructura ósea y no siempre coincidimos con lo que dicen los patrones. Hay gente que tiene la suerte de tener las medidas proporcionadas (lo que llamamos “tener tipazo”), pero otr@s no tenemos esa suerte. Podemos tener más o menos pecho (contorno), más o menos espalda (ancho), el hombro recto o caído, podemos tener los brazos cortos o largos, las caderas anchas o estrechas (contorno), podemos querer el largo por la cintura, por la cadera o por debajo del trasero (largo total). Si tienes la suerte de que tus medidas coincidan con las del patrón o las estándar ¡enhorabuena! tienes la mitad del trabajo hecho. Si una vez la muestra que has tejido con la lana elegida también coincide, ¿a qué esperas para ponerte a tejer? A mí es algo que aún no me ha pasado, pero oye, cosas más raras se han visto.
No voy a especificar mis medidas (por pudor más que otra cosa) pero sí como he estado trabajando en esta prenda. Para empezar tomé la medida de cadera (el contorno), he hice lo mismo con la cintura y el pecho. En esta ocasión no he tenido que hacer pinzas para ajustar la prenda porque es toda recta. Y vosotr@s podéis pensar, si bueno, pero si tomar las medidas es básico ¿cómo es que no las tienes ya anotadas y no tienes que estar volviéndote a medir? sencillo, las tengo anotadas pero desde que mi tiroides va a su bola, no me fío un pelo. Entenderme, tengo los hombros en el mismo sitio (ancho de espalda) y mide lo que en años anteriores, no creo que a estas alturas vayan a crecerme los brazos (largo), pero si que (involuntariamente) estoy perdiendo peso, así que no me importa repetir el trabajo de tomarme las medidas y anotarlas.
Al ser la espalda lo primero que iba a tejer, necesitaba el contorno de cadera (imaginemos que son 100 cm), dividimos esta medida entre dos. Luego hay que extrapolar, en cm. o pulgadas (nunca revueltas) guiándonos de la muestra (16 puntos en 10 cm) y con ello tendremos los puntos que vamos a montar. Esto se hace con una sencilla regla de 3.
¿Lo vemos? Primero multiplicamos y luego dividimos. Esto mismo nos va a servir para el delantero. Es decir, para tejer el delantero montaremos la misma cantidad de puntos. Pero vamos a profundizar en esto de la espalda un poco más. ¿Os parece? No se trata de montar los puntos y empezar a tejer sin más. Hay que tomar una serie de precauciones.
En mi caso, añadí los puntos de las orillas u orillo. Es decir, se suman dos puntos más a los que vamos a tejer y que nos servirán a la hora de unir o “coser” la prenda. Con lo cual pasaríamos a tener 82 puntos. Estos puntos se sitúan en nuestra espalda a cada lado, en los bordes. En mi caso, los he tejido al derecho (tanto por el derecho de la labor como por el revés). No es obligatorio hacerlos de este modo. Los hay que prefieren pasar el primer punto de cada vuelta sin hacer (siempre al derecho). Y los hay que lo pasan al revés. Como digo siempre, cada persona tenemos una forma de trabajar y no siempre a todos nos funciona lo mismo.
En la chaqueta decidí que quería que el elástico fuera 2/2. Ya sabéis que significa tejer dos derechos y dos reveses, e ir alternando estos en el mismo. Entonces lo que hice fue comprobar si los puntos que tenía para tejer la espalda coincidían con el número de puntos que me daba para el elástico.
Por ejemplo en los delanteros como no me coincidían los puntos, me faltaban 2, simplemente los añadí. Es decir, dos puntos más que, en mi caso, no repercutían para nada ni el dibujo ni las medidas. Vamos, que no iba a parecer un globo para que os hagáis una idea.
En esta chaqueta, la zona de la tapeta es más ancha de lo normal, así que los puntos que voy a cerrar, serán los mismos para los hombros, pero no van a coincidir con los del cuello. Os enseño en unos días como ha quedado.