La ejecución es sencilla, admite todo tipo de personalizaciones, y el resultado creo que merece la pena.
Lo primero que hice fue rebuscar entre mis hilos y hacerme con tres colores que combinaban con las flores del bordado: rojo, azul celeste y verde. Esta vez es un hilo de crochet fino, del nº 12, que tejí con un ganchillo de 1 mm porque, como veréis, fui haciendo el ribete directamente sobre la tela y quería agujerearla lo menos posible.
Comenzamos por el bajo de la camisola. Iniciando en rojo:
Alternamos 1 punto bajo tejido pinchando con el ganchillo la tela y tomando la hebra por detrás, con 4 cadenetas al aire (hacemos más o menos cadenetas dependiendo de cómo queramos que nos queden las puntadas, más separadas o más juntas).
Para la 2ª vuelta escogí el verde:
Comenzamos en mitad de un arco para ir alternándolos. Se teje igual, un punto bajo anclado en mitad del arco de cadenetas de la vuelta anterior seguido de 5 cadenetas al aire y repetir. Lo que hice fue aumentar 1 cadeneta en los arcos para darle mayor volumen a la puntilla.
Las siguientes se tejen igual, alternando colores. La 3ª en azul, la 4ª vuelve el rojo, la 5ª en verde y la última que repite el azul introduce un pequeño cambio como remate, una especie de moñitos que ya habíamos practicado cuando os mostré un pañuelo de cuello .
Los últimos arcos se forman con un punto bajo anchado en mitad del arco de la vuelta anterior, seguido de 6 cadenetas, 1 punto raso pinchando el ganchillo en la 3ª cadeneta para cerrar el moño, 3 cadenetas más, un punto bajo en medio del siguiente arco.
Rematar todos los extremos.
Y así se ve el resultado:
En el cuello me pareció suficiente la primera vuelta, pero aquí en los arcos puse sólo 3 cadenetas para dejar el remate más pegado al borde de la tela rodeando todo el cuello:
Y un último detalle para los nudos de los cordones, recubiertos con un bordado en cesto.
Si os ha gustado y no queréis perderos ningún tutorial, podéis seguir todas las entradas por mail o Facebook, Google, Google +, YouTube y/o Pinterest