Aunque parezca una tontería es fundamental siempre elegir bien los colores que vamos a utilizar, en esta ocasión yo elegí dos: blanco y violeta. Tú puedes elegir dos si vas a hacer un motivo de estrella, como he hecho yo, o todos los que quieras... quedaría precioso hacer, por ejemplo, cada vuelta de un color, esto ya es cosa tuya.
Ya he dicho varias veces que los ovillos de trapillo se acaban muy rápido, tenlo en cuenta a la hora comprar el material, no te quedes a medias porque te va a dar mucha rabia. Yo siempre prefiero pasarme que quedarme corta, para esta alfombra compré cuatro ovillos, dos de cada color.
Y comenzamos a coser en redondo, haciendo un anillo mágico de 12 puntos altos y creciendo en cada vuelta. Creo que lo más complicado es ir introduciendo el otro color y contar cuantos puntos te tocan de un color y cuantos de otro. El patrón de esta alfombra es de SusiMiu, ella es la reina de las alfombras de trapillo y si no la conocéis su blog y su instagram bien merecen un ratito de vuestro tiempo.
Cuando la cosa ya tiene un tamaño considerable puedes seguir cosiendo en el suelo o ponerte la alfombra por encima a modo de mantita (yo prefiero mantita), hasta alcanzar el tamaño deseado.
Algunos no me dejaban ni terminar las vueltas finales de blanco, querían estrenarla antes de tiempo...
Y este es el resultado final, a mi me parece muy bonita sobre todo para habitaciones infantiles o pequeños rincones de casa, yo tengo en el salón porque a Lennon le gustó tanto que no hay quien la mueva...
Espero que os animéis a probar con el trapillo, por cierto, esto es facilísimo de lavar... directo a la lavadora y secado en horizontal para que no pierda la forma...
¡Hasta pronto!