Liberación: eso es lo que sientes cuando empiezas a soltar todo lo que llevas dentro. Tus inquietudes, preocupaciones, aficiones... Por fin, todo lo que ronda por tu cabeza puedes plasmarlo en un espacio, liberando así tu mente y abriendo paso a otras muchas cosas.
Aprendizaje: hacer un blog te permite aprender sin límites, fotografía, diseño y escritura como mínimo!! A partir de ahí, todo es ampliar conocimientos. Si además, centras tu blog en una temática concreta, puedes llegar a convertirte en una auténtica experta.
Constancia y responsabilidad: no siempre me apetece escribir, lo confieso. No porque no tenga cosas que contar, sino porque a veces estoy cansada, tengo otras tareas pendientes o simplemente, me apetece no hacer nada. Aún así, nunca he fallado a mi cita y eso me produce una enorme satisfacción. Lo que nos lleva al siguiente punto.
Realización personal: un blog es algo creado exclusivamente por ti, de principio a fin. Tú decides de qué hablar, qué imágenes poner o cómo será el diseño. Eliges la frecuencia de publicación, en qué redes estar y el tiempo que quieres dedicar. Y esto te proporciona una sensación muy pero que muy buena.
Te pone en marcha!: éste sin duda, es el principal motivo para hacer un blog. Con la excusa de llenar el blog de contenido interesante, empiezas a moverte, a probar cosas nuevas, restaurantes, museos, excursiones, manualidades, libros... Otras veces, simplemente pones el énfasis en aspectos de tu vida cotidiana, momentos de tu día a día, que habían pasado desapercibidos y ahora los ves con otros ojos, se vuelven especiales y dignos de compartir.
Qué piensas ahora? Te animas?
Un abrazo!
Fotos: Sara González Caarrasco