Estoy súper feliz y contenta con el nuevo descubrimiento!! :D
Al parecer hay unos rotuladores de lejía que sirven para limpiar zonas muy pequeñas, pero no tengo ni idea de dónde se venden, así que al buscar como poder hacer uno casero me dio la risa al ver lo fácil que era y como no se me había podido ocurrir.
Buscando vi que AQUÍ hay ideas geniales para la decoración con lejía, y una de ellas es el rotulador y explican como hacerlo.
Necesitamos un rotulador al que se le haya acabado la tinta, de esos que tenemos olvidados por algún cajón (yo lo cogí de los gordos, pero para detalles más pequeños se pueden usar finos). Ponemos en un cacharrito lejía normal, de la del bote amarillo, y metemos dentro la esponjita de dentro del rotulador y la punta de éste (no hace falta desmontarla). Mirad la foto:
Al cabo de unas horitas ya veréis que está la punta blanca y la esponjita también (a la mía le quedó un trocito verde en medio pero no pasa nada).
Ya está listo para usar, pero ¡¡atención!! Lo tenéis que usar pronto, porque sino se le va la fuerza a la lejía y ya no pinta. Lo ideal es ponerlo a remojar por la mañana y pintar por la tarde. Yo lo hice así y al día siguiente ya no pintaba :( Así que no lo hagáis para guardarlo, solo cuando vayáis a usarlo.
Mirad que happy estoy con el nuevo descubrimiento:
La tela a pintar tiene que ser algodón.
Poco a poco iré investigando las posibilidades de la lejía en la decoración de la ropa.
Besos blanquísimos
Fuente: este post proviene de Patri y sus locuras, donde puedes consultar el contenido original.
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