No me acuerdo a quién se le ocurrió la idea de usar "servilletas" como nuestro segundo reto, pero la maldigo un poco por lo bajini. Pensé que enseguida se me ocurriría algo, pero la verdad es que estuve bastante en blanco hasta último momento. Pero finalmente se me ocurrió convertir las servilletas en otra cosa que me diera más juego y ahí salvé los papeles. Eso sí, casi, casi al límite del tiempo. Bueno, sin el casi, casi.
Hemos convertido las servilletas en recipientes de otras cosas... De caramelos en el caso de la mesa de los niños y del panecillo en la mesa de los adultos. Pero además hemos hecho nuestras propias servilletas con tela navideña. Te contamos cómo.
Necesitas:
-Tela navideña
-Tijeras o cúter giratorio
-Plancha
-Máquina de coser
-Cuerda o hilo
-Pan o caramelos
Primero corta la tela en un cuadrado exacto, un pelín más grande de lo que quieras que sean tus servilletas (piensa que vamos a coserle un dobladillo, así que necesitaremos un centímetro y medio o un par de centímetros de más a cada lado).
Saca la plancha y marca bien un doblez de entre 75 mm y 1 cm a cada lado.
Luego vuelve a doblarlo sobre sí mismo para esconder el borde dentro. Plancha bien para marcar este segundo doblez y abre la tela.
Repítelo en los cuatro lados, marcando bien todos los dobladillos. Cuando ya lo tengas, ábrelos y mira bien las esquinas. Verás que te han quedado marcados cuatro cuadrados.
Para eliminar el exceso de tela y para que las esquinas te queden bien, corta en diagonal por la mitad, así:
Ahora te queda un cuadrado entero y dos medios.
Solo te queda plegar. Primero pliega el primer doblez que has marcado. Después, dobla la esquina hacia dentro, y acaba por plegar el segundo doblez marcado, que nos deja los bordes dentro del dobladillo, así:
Sujétalo con alfileres y dale una pasada con la máquina de coser. Cuando lo tengas, plancha bien tu servilleta y ya la tendrás.
Para hacer el regalito de los niños, pon unos caramelos en medio de la servilleta y recoge las puntas para hacer un hatillo. Átala con cordel y pon una etiqueta con el nombre del peque.
Y para la mesa de los mayores, en lugar de caramelos (aunque a mí ya me iría bien que me dejaran esos toffees de chocolate), envuelve un pan con tu servilleta y átalo con unas cuantas vueltas de hilo del tipo que tú quieras (yo he usado cuerda de cáñamo fina).
Y ya está, reto superado. Madre mía qué manera de darle vueltas a la cabeza. Pero estoy muy contenta con el resultado, creo que ha quedado bastante chulo.
Me sigue alucinando cómo un concepto tiene tantas interpretaciones y cómo a todas nos gustan diferentes cosas y diferentes estilos. Es muy, muy curioso. Os dejo las interpretaciones de todos los que han participado en el reto:
Carla
Ari
Laia
Paloma
Animaos a mostrarnos lo que habéis hecho y lo publicaremos aquí!