Bueno, os quiero enseñar otra de las cositas que estos días me estoy haciendo. A ver, que os tengo que poner un poco en antecedentes.
He preparado un regalo para una sobrina nieta que está a puntísimo de nacer. Un día os hablé de ella aquí.. Cuando nazca y le dé el regalo os lo enseño, ¿vale? Pues bien, con los trocitos de tela que sobraron me he hecho un par de cosas, que siempre me gusta tener el recuerdo de las telas que significan algo.
En primer lugar me he preparado una funda para las agujas de ganchillo, que aunque casi se puede decir que no sé hacerlo, tengo algunas agujas. Si pinchas aquí y aquí puedes ver las cosillas que he hecho de trapillo.
Por dentro he puesto una tela que en colorido no coordinaba del todo mal con las de fuera y que además conjunta con mi costurero de viaje.
Y por fuera he rescatado esos trocitos que os decía que me habían sobrado y ha quedado así de tierno.
Ea, ya tengo mis agujas bien guardaditas.
¿Tenéis prisa? Es que me gustaría enseñaros algunas curiosidades de mis agujas.
Mirad qué diferencia hay entre la aguja más gorda y más fina de todas las que tengo.
La gorda es la de trapillo, sé que las hay más gruesas aún, pero esta es la que yo uso. La que me llama mucho la atención es la otra. Era de mi abuela, creo, no sé si incluso sería de mi bisabuela y es extremadamente fina. ¿Cómo se puede hacer ganchillo con eso?
Por el otro lado tiene un ganchito.
Para que os hagáis mejor una idea del tamaño, le he hecho esta otra foto junto a un alfiler.
¿No os parece increíble? Contadme las que, a diferencia mía, sí sois crocheteras, ¿habéis usado una aguja como esta? ¿Cuesta mucho trabajo? A mí me parece algo imposible!!!!
El próximo día os enseño la otra cosa que me he hecho con los restos de tela. Mientras tanto, ¡¡besos a todas y gracias por vuestra visita!!