Con mi nombre en lettering por todas partes y en distintos colores. Más bonito no podía ser. Comencé a abrir el paquete poquito a poco, sin prisas. Y lo primero que vi fue esto.
Promete, ¿verdad? Esas florecitas pintadas por ella misma son el lateral de una preciosa caja decorada con mimo y exquisitez.
Si este era el envoltorio, ¿cómo sería el interior? Pues ya os digo que igual de exquisito.
Todo envuelto en papel de seda blanco y con unas etiquetas personalizadas también por ella.
Esto último es una tarjeta de felicitación a la que pondré un marquito para colgarla en mi cuarto de costura.
Con todo esto ya me podía dar por satisfecha, pero es que quedaba la parte principal del regalo. Ella siempre me pregunta qué quiero y este año le pedí un paño en punto de cruz con el que redecorar la caja del registro de luces de la entrada de nuestra casa. La fotografía que le tenía puesta estaba muy deteriorada pues recibe mucho sol y necesitaba un cambio. Así que me pareció una buena idea. Le di medidas y libertad para el diseño. Su elección fue fantástica. Combina a la perfección con nuestra casa y nuestros gustos. En redes sociales te enseñé en un vídeo el momento en que la colgué (Facebook e Instagram).
Ella me mandó este diseño ("Indigo Lane" de WTNT) y yo me encargué de prepararlo y pegarlo a la caja de la entrada. Ha quedado precioso.
Continuemos, es que todavía no he terminado. Meses atrás María José me preguntó que si ella me hacía la parte de arriba de un estuche vertical en punto de cruz, yo usaría una de mis telas de Caperucita para montar el estuche. Le dije que sí con solemnidad. Y es que a ella le da mucho coraje que se queden tareas pendientes por hacer. Así que me comprometí, y vaya que si lo hice, en tan solo unos días después de recibirlo, cosí mi precioso estuche vertical (en redes sociales también os enseñé en un vídeo lo cómodo que es su uso).
Y para rematar el regalo, como le pedí que me pintara dos marcapáginas para regalarlos en Navidades (sí, lo sé, me anticipo, qué previsora, sí, todo, tenéis razón, así soy), pues me mandó los dos en cuestión y uno para mí, que aún no he estrenado, pero que está pendiente para mi próxima lectura en formato papel.
¿Habéis visto qué regalos más preciosos recibí? Soy una afortunada por contar con la amistad de María José, nos separan más de 1.000 km y 5 años de edad, y nos unen aficiones, casi el mismo color de ojos y la misma mirada. Y es que no hay que estar de acuerdo en todo para que surja la amistad. Lo que sí es imprescindible para conexionar es mirar con la misma flexibilidad y comprender con la misma empatía.
En abril una caja ha volado desde Canarias hasta Andalucía, en mayo el camino será a la inversa y espero sorprender e ilusionar tanto a María José como ella me ha sorprendido e ilusionado.
Gracias por vuestra compañía.