Antes de nada, ¿qué materiales necesitaremos?
10 depresores (o baja lenguas) de madera. Los puedes encontrar en la farmacia o tiendas de manualidades.
Pistola de cola termofusible.
Pintyplus Chalk Paint Spray.
Tijeras.
Lápiz.
Cera incolora para madera.
Un palillo de brocheta.
Ya tenemos todos los materiales, ¡manos a la obra!
Empezamos recortando las partes curvas de un depresor. Más o menos será un centímetro y medio lo que quitaremos. Eso será para hacer la hoja de nuestra puerta. Tomaremos como medida ese primer depresor y cortaremos 3 más. En total tendremos 4 palitos de la misma medida. Marcaremos y cortaremos 2 depresores en horizontal, que serán las traviesas de nuestra puerta para reforzar las lamas de la puerta. Con los últimos 4 depresores que nos quedan haremos el marco. Debemos dejar un sobrante de al menos 4mm por cada lado, así la hoja abrirá sin problema.
En las maderas más cortas del arco, la superior e inferior, haremos un agujero ayudándonos de la punta de una tijera o echando mano de alguna herramienta tipo barrena o taladro. Es muy importante que los agujeros queden más o menos a la misma altura. Tomaremos el palillo y le haremos una marca. Esta irá a la misma altura que uno de los 2 laterales del marco, pero además dejaremos un sobrante de unos 2 milímetros. Cortamos el palillo.
Es momento para encender nuestra pistola de cola termofusible para ir montando las piezas. ¡Es mucho más sencillo que cualquier puzzle y más divertido!
Después de aplicar cada parte de cola debemos apretar para que esta se esparza y pegue correctamente. A la hora de montar el marco, pondremos un hilo muy fino en el canto, montaremos y presionaremos unos segundos. Es menos difícil de lo que parece.
Insertaremos el palillo por los agujeros que hicimos antes y pegaremos la hoja al palillo. Esto será la bisagra que permitirá que se abra nuestra puerta.
Con todos estos pasos ya tendremos la puerta, pero le falta algo de color, y en eso somos expertos. Teníamos ganas de probar algún color nuevo, y el Oliva Vintage nos guiñaba un ojo desde la estantería.
Si damos pequeños toquecitos no ensuciaremos nada, así que protegiendo un poco la mesa podemos hacerlo sin tener que salir a la calle. Además, seca tan rápido que a los 2 minutos ya podemos pintar la parte posterior. Para una mayor protección, ya que esto irá pegado a un zócalo, protegeremos con cera, a la que hemos añadido una gota de betún de judea, así nuestra puerta parece muy antigua. Además, hemos maltratado la madera pegándole tijeretazos y clavando una chincheta por todo, así simulamos la carcoma y el paso de los años. Como tirador utilizamos una chincheta, que también podemos pintar si queremos.
Y así de bonita y original ha quedado nuestra puerta en miniatura al estilo vintage, 100% hand made, a la que le hemos hecho una escalera a juego para que el ratoncito no caiga de morros si la ponemos sobre el zócalo.
Podemos hacer tantas variantes como nuestra imaginación desee: combinar pinturas, frotar con el dedo la pintura húmeda como hicimos con esta caja de madera con chalk en spray o con todas las técnicas que os hemos ido mostrando por aquí.
Imagen y texto: Yonolotiraría