Por otro lado, al comprar las cremalleras, una tenía la posibilidad de abrirla, como las chaquetas, lo cual me ha facilitado la tarea, pero la otra no, y he tenido que ensanchar ambas espinillas (están más apretadas que un dedo en el culo) y hacer un par de cabriolas, pero al final creo que podré ponérmelas.
Debo tener el gemelo derecho más gordo que el izquierdo porque no cierra bien ni a tiros, pero al menos he podido comprobar que me puedo poner todo.
El casco ha sido un problema, y la verdad es que me he visto frente al espejo más que ridículo con ese casco puesto. He colocado unos alambres de acero que tenía en el taller, de tal manera que el casco queda más o menos como quiero, aunque es una tarea ardua. En lo respectivo a las hombreras, también las he pegado por un pequeño punto al peto y luego les he puesto una estructura parecida. Quedan bastante más rígidas, aunque cuesta un huevo poner y quitar toda la armadura.
En lo referente a los antebrazos, he cogido unos antiguos guantes y los he pegado a las placas de las manos. Ha quedado mejor de lo que esperaba, aunque tampoco sea una maravilla. Quizá de todo el conjunto, de lo que más orgulloso estoy es del cinturón.
Aún tengo que pintar toda la armadura, pero ya queda menos. Los botes que he comprado son dos de 200 ml de negro satinado, a ver qué tal queda mañana cuando pinte.