En su día los hacía recortando dos círculos de cartón, con un agujero central cada uno, pero esta vez me he pasado al "hacedor de pompones" permanente... Es ese artilugio verde de plástico, con dos partes que luego se juntan en una para hacerlo.
Vueltas y más vueltas de lana alrededor de los dos círculos, hasta rellenar el agujero central:
Cortar la lana entre los dos círculos:
Pasar un hilo de la misma lana entre los dos círculos y anudar. En este caso, además, he pasado una cuerda fina a la que he dejado los cabos largos:
Sobre esa cuerda he anudado un cierre tipo mosquetón, grande. ¡Y listo! Bien sencillo, no? Ahí se ve enganchado como adorno de... algo que ya os enseñaré la próxima semana, jeje... hay que ir dosificando...
Y os dejo esta imagen tan simpática. Son los restos que dejó un vaso de zurito (corto de cerveza creo que lo llamáis fuera de aquí) sobre la mesa de un bar allá por julio, estando de vacaciones por ahí... ¡Qué recuerdos!
Y ya me voy para el blog de Anna. Estoy deseando ver las propuestas de mis compis con pompones. ¿Vamos?