Seguro que a estas alturas conocéis de sobra a Yan Schenkel, una diseñadora de amigurumi excepcional, aunque puede ser que su nombre no os diga nada realmente y os estéis preguntando quién es esa señora. No os preocupéis, seguro que si os digo que es la persona detrás de Pica Pau la cosa cambia, ¿verdad? Claro que sí, ¿quién no conoce a Pica Pau?
Y si conocéis a Pica Pau seguro que os suena su libro El mundo de Pica Pau. Me encanta ese libro.
Y si conocéis el libro os sonará uno de sus personajes, Alberto Gaviota.
Así lo presenta Yan Schenkel en el libro:
Oh, Alberto. Adoro a Alberto. Adoro las aves, especialmente si son marinas. Y ni hablar si usan la clásica camiseta náutica bretona. Aunque debo convenir que las gaviotas no son las aves más perfectas del reino animal - son ruidosas, agresivas, comen más basura que nosotros y no son las tipas más listas - para mí Alberto es perfecto. Porque todos tenemos muchas cosas que no están del todo bien, pero eso no quiere decir que no seamos la combinación perfecta para alguien.
No puedo estar más de acuerdo con esa última frase. Siempre hay una combinación perfecta y siempre habrá una Paca para un Paco.
¿Paca? ¿Paco? ¿A qué viene esto ahora? ¿El personaje no era Alberto Gaviota?
Venga va, que os lo explico. Resulta que la primera vez que tejí el patrón de Alberto Gaviota (sí, la primera, que he hecho varios) lo hice pensando en un regalo, pero durante el proceso los planes fueron cambiando. Según iba cobrando vida entre mis manos mi niña se acercó a preguntar para quién era el nuevo muñeco porque a ella le gustaba mucho y quería uno. Al final, una vez acabado, estaba claro que esta gaviota también la había encandilado a ella así que lo adoptó, lo rebautizó como primer Paco Gaviota y pasó a formar parte de su colección personal de amigrumi.
El primer Paco Gaviota no sólo encandiló a mi niña sino que una amiguita del cole también quedó prendada de él. Periódicamente, la amiguita le decía a mi niña que le gustaba mucho su Paco Gaviota y ella también quería uno. Y claro, con la misma periodicidad, mi niña llegaba a casa diciéndome que tenía que hacer otro Paco Gaviota para su amiga. Esta historia os la conté cuando os presenté al Otro Paco Gaviota.
Pues bien, a principios de curso mi niña me dijo un día:
- Mamá, va a estar de cumple Ángela y tenemos que hacer algo especial.
¿Algo especial? ¿Tenemos? No sé por qué, pero ese plural no sonaba nada bien.
- ¿En qué estás pensando exactamente cuando hablas de algo especial?
- Pues un Paco de llavero o algo así
Por esas fechas fue cuando me dediqué a hacer llaveros como si no hubiera un mañana, ¿os acordáis?, chanclas, frutitas, helados. Los llaveros estaban frescos en su mente y quería una nueva versión de Paco, así que llavero de Paco Gaviota.
- ¿Un Paco de llavero? No lo veo claro, cariño, es mucho trabajo, queda poco tiempo y no creo que llegue con hacer el mismo patrón con hilo más fino, seguramente tendría que adaptarlo. Va a ser mejor pesar en otra cosa. ¿Qué te parece si hacemos una Paca? Le cambiamos los colores, o no, le ponemos un volantito y un lacito en la cabeza. Yo creo que puede quedar bien.
En aquel momento no quedó muy convencida, pero era eso o nada, porque lo que sí le quedó claro es que el llavero no lo iba a hacer. Así que se resignó y aceptó.
Y este es el resultado, os presento a Paca Gaviota.
Paca Gaviota está tejida con "Eco Luna" de "Valeria Lanas" y aguja de 3 mm. La tejí siguiendo las instrucciones del libro al pie de la letra y luego hice los añadidos, la faldita, el lacito en la cabeza y las pestañas. Mide aproximadamente 25 cm.
La faldita-volantito la hice un par de veces hasta que dimos con el vuelo y el largo que nos gustaba a las dos. Mi niña no se mostraba muy entusiasta con el resultado, pero ya sin margen para hacer nada más (ya sabéis que soy de acabar sobre la bocina) no tuvo más remedio que conformarse. No tengo claro qué idea se había hecho ella en su cabeza, pero no había tiempo para más que empaquetar.
Con su amiga tuve más suerte, Paca fue un éxito absoluto desde que abrió el paquete.
- Mamá, a Ángela le encantó, y lloró, literalmente, lloró.
No hay nada mejor que una reacción así cuando haces un regalo, ¿verdad?
Esta vez las fotos no son en el campo, son de interior, pero así luce Paca en todo su esplendor sin distracciones de ningún tipo.
Ahora tengo que ir pensando en otras versiones de esta gaviota porque mi hija ya me ha adelantado que su amiga quiere Paquitos, jajajaja.
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