Mi cuerpo me ha pedido un descanso. Realmente no estoy cansada, pero mi cuerpo es muy listo.
Este verano he perdido a una persona muy muy querida para mí.
Esa terrible enfermedad de la que todos hemos oído hablar ya demasiadas veces se lo llevó.
Y mi cuerpo, muy inteligentemente, y que está muy triste, me ha concedido un descanso.
He estado ocupando mi cabeza en lecturas de sofá, juegos en la piscina, paseos, juegos en el parque...
Pero ya basta de distracciones, es hora de volver.
De ti aprendí muchas cosas, tu alegría de vida y tu búsqueda incansable de felicidad siempre serán un ejemplo para mi.
Pero por encima de todo, pase lo que pase: "Nunca te rindas, nunca, nunca, nunca, nunca, en nada"
Esto tan simple, es lo más importante que me enseñaste. Y pienso cumplirlo, echándote de menos, pero no voy a rendirme nunca.
Te quiero