¨Hola, Mica. ¿ Cómo estas? ¨, ¨ Muy bien. ¿Y vos? ¨ Si hay algo que no me permito decir, es Estoy agotada. Y no porque no lo esté, si no porque me he dado cuenta que es una sensación de estado permanente, a diario me siento cansada, agotada, con miles de cosas en la cabeza y queriendo hacerlo todo y pensando en cómo puede ser la mejor manera. Pero tampoco quiero que esa sea mi respuesta a la hora de definir mi estado.
Por momentos pienso que las mujeres que manifiestan su agotamiento en cada momento que surge la oportunidad, se quedan en ello como un acostumbramiento cuando mucho más bonito es reflejar otras sensaciones frente a los demás.
Pero también es cierto que están contando ni más ni menos una realidad, que para mi sorpresa es lo más común y habitual de la mujer de hoy en día. Estar agotada.
Lo típico en situaciones como estas es recurrir a un análisis de sangre para descartar alguna anomalía. Y muchas veces no la hay, pero continuamos sintiendo un estado general de agotamiento.
Mi marido comenzó a notarlo, y fue él quien me envió desde su oficina un artículo sobre el tema y luego continué leyendo más y más, hasta darme cuenta que lo que me pasaba a mí le pasaba a muchas mujeres de aquí y el resto del mundo.
¿Te lo presento?, estamos frente a El Síndrome de la Mujer Agotada.
A que ya lo conoces y no estas para nada encantada..
En España no se trata aún como un mal diagnosticado, pero en Inglaterra el Servicio Nacional de Salud ya usa el término Tatt (Tired all the time, cansadas todo el tiempo). Y en Argentina existen psicólogas especializadas en este síndrome.
Y qué te voy a contar que no sepas. Este agotamiento nace de una suma de muchos factores que lo alimentan a diario, la falta de horas de sueño, demasiadas responsabilidades al mismo tiempo como madre, pareja, profesional, ama de casa, hija, hermana... agendas que desbordan.. y todo esto nos tiene al borde del colapso diario.
Asumimos demasiados roles con la necesidad de hacerlo bien, nada más y nada menos que por presión personal y social. Roles que requieren de nosotras a toda hora, muchos de ellos nunca nos permiten desconectar.
¡Así no hay quien
Como consecuencia, nos convertimos en mujeres que por querer estar muy presentes en todo terminamos estando muy ausentes en nosotras mismas, consiguiendo además como resultado de este circulo en el que nos vemos inmersas, no rendir lo suficiente en el trabajo, la casa y la pareja.
En síntesis, lo estamos haciendo mal y tenemos que cambiarlo.
¿Cómo dejar de ser una Mujer Agotada? (Psicóloga Mariana Fiksler)
Desconecta: Cuando vuelvas a casa no contestes llamadas de teléfono o mails. El trabajo, en el trabajo.
Autoconciencia: Presta más atención a lo que estás haciendo en cada momento, no pienses en todo lo que necesitas hacer después.
Delega: Tu pareja puede hacer las tareas domésticas. Ya sabemos que tú tardas menos.
El poder del "no": Dos letras que ayudan a combatir el estrés. No a la paella de los domingos en familia, a hacer planes continuos para los niños...
Acaba con la culpa: No eres una vaga por sentirte cansada, ni mala madre por leer en el sofá mientras los niños hacen los deberes.
Verte estupenda está muy bien... pero a lo mejor puedes dedicar menos tiempo a tu aspecto. Si duermes más evitarás el corrector de ojeras.
Reserva tiempo para ti: Salir de compras con las amigas, visitar una exposición tú sola, dos horas para un café...
Tú decides. Un lujo asiático, ¿verdad?