Es como si esa barrera de repente diera la suficiente confianza como para contarle tu vida a un desconocido y después marcharte como si nada hubiera pasado, como si te hubieras ido a confensar ( que antigua soy, yo creo que ya nadie se va a confensar no? corregidme si me equivoco ) pues eso, como si te hubieras ido a confesar y el secreto de confesión quedara ahí dentro para siempre.
Así personas que cada día pasan delante de ti por ese mostrador te van contando a veces sin contar, lo solas que se sienten, lo desgraciadas que son, lo triste que es su vida y las cosas que les preocupan, no se si porque no tienen a quien contárselo o porque prefieren no hacerlo. Solo se que probablemente si ese mostrador no existiera no te lo contarian.
He aprendido que escuchar, incluso atreverme a preguntar sobre lo que me cuentan les hace sentirse bien. Si eso las hace felices, me siento afortunada de estar " al otro lado del mostrador ".
Buenas noches a tod@s !!!