Del invento que hice con las bayas de laurel que os conté en el anterior post, efectivamente salió un aceite verde intenso y con un espectaular olor a laurel. Lo había guardado en un recipiente de cristal con tapa hasta que lo fuera a utilizar. También congelé la infusión que había hecho con las bayas.
Ayer por fin saqué un ratito para hacer el jabón y desde entonces toda la casa huele a laurel, me encanta!!!
Cuando le quité la tapa al recipiente el aceite era de un verde oscuro precioso.
Después saqué la infusión del congelador y toda la parte de arriba de un grosor aproximadamente de un dedo, era una capa de manteca de aceite de bayas que pude separar sin ningún problema y que usé una parte para la traza y la otra la junté con el aceite que ya tenía.
La manteca la verdad es que era espectacular, muy muy cremosa y con un olor increible.
La infusión era muy oscura, casi negra, así que pensé que entre que el aceite era muy oscuro y la infusión también me iba a quedar un jabón más negro que la pez, pero sin embargo no ha sido así.
También creí que al ser solo de aceite de oliva iba a tardar más en endurecer para poderlo cortar y también me equivoqué ( vamos que no doy una con este jabón ). La verdad es que llegó enseguida a la traza, lo corté a las 48 horas y ya se ve bastante duro.
No lleva ningún aceite esencial ni ninguna fragancia para darle olor, pero tampoco lo necesita, tiene un olor natural increible que espero que no lo pierda después del tiempo de curado.
Para 1 kg
682gr de oleato de bayas de laurel en aceite de oliva
213 gr de infusión de bayas de laurel
85 gr de sosa
y ya está, porque menos es más.
Me muero de ganas de probarlo.