Este año para mí ha tenido cosas que no han sido demasiado buenas, pero lo importante es que este tipo de vivencias nos sirvan para buscarles un lado positivo que nos ayuden a seguir avanzando. Pero como también han ocurrido cosas muy buenas a mi alrededor, serán esas las que pondré en la parte más alta de la lista de cosas que recordar de este año.
Y a partir de mañana, habrá que empezar a ir buscando las cosas buenas que nos traerá el 2016 y para eso hay que ganárselas con esfuerzo y constancia, ¿no os parece?
Así que, después de esta pequeña reflexión de final de año que me ha salido, os voy a enseñar en este último post del año algo nuevo, para despedir el año viejo con una novedad.
Hace ya varios meses me escribió Esther, hermana de mi amiga Mónica (de la que ya os he hablado en varias ocasiones porque suele confiar muchas veces en mi trabajo para regalar detalles personalizados) y me planteó una idea-reto para ver si yo sería capaz de hacerlo. Esther, que había sido mamáhacía muy poquito cuando se puso en contacto conmigo, me dijo que le gustaría que le hiciera para su peque Leireun conejito de trapo con grandes orejotas que se convirtiera en ese muñeco del que los niños no quieren desprenderse en ningún momento.
Me pareció una idea muy bonita y le dije que en cuanto pudiera lo intentaba. Ella lo quería como regalo para Navidad, por lo que había mucho tiempo aún por delante.
Pero como me suele ocurrir, me lié con otros pedidos que fueron saliendo y la idea del conejito quedó un poco aparcada por falta de tiempo.
Hasta que hace un mes aproximadamente, decidí que me iba a poner con ello, para ver si conseguía hacer algo decente que pudiera gustarle a Esther.
Hasta ahora no había hecho nunca ningún muñeco de trapo. Si he hecho muchos de crochet, todos esos amigurumis con los que os vengo dando la lata desde hace tiempo, sobre todo en los últimos meses desde que descubrí el mundo Lalylala, pero nunca los había hecho usando tela.
Intenté que mi muñeco tuviera algo que lo hiciera distinto de otros que había visto por la red. Y decidí que, al igual que en mi último diseño de camiseta, la que he llamado “Sweet Fox”, el conejito tendría como detalle especial unos ojos grandes que fuesen lo primero que llamase la atención al verlo.
Y así fue como fui planteando el conejito, que al finalmente ha sido una conejita.
Cuando tenía el muñeco ya terminado, a falta de hacerle el vestidito y ponerle los detalles últimos, le enseñé una foto a mi amiga Mónica para ver si le gustaba y si pensaba que podría ser del gusto de su hermana. A Mónica le gustó mucho e incluso me dio la idea definitivapara hacerle el vestido: me recordó esos típicos vestiditos que más de una y más de dos hemos tenido cuando éramos pequeñas, normalmente hechos por nuestras abuelas, con la parte superior de crochet y la parte de abajo de tela.
Sobre la marcha fui haciendo el vestido y mandando fotos de todo el proceso a Mónica. Cuando ya estuvo terminado, me dijo que ese iba a ser el regalo que ella haría a su sobrina para Navidad y que no le dijera nada a su hermana. ¡Faltó un pelo para no estropearle la sorpresa!
Así que no me enrollo más y os dejo con las fotosde la conejita de trapo:
Aquí os enseño cómo quedó el vestiditocon más detalle:
Y para que fuese un regalo personalizado, Mónica me pidió que en algún lugar llevase el nombre de su sobrina. Así ha resultado el conejito personalizadocon el nombre de Leire:
¿Os ha gustado? A mí me ha encantado hacer este nuevo muñeco por muchas cosas: por hacer algo nuevo, que siempre me gusta plantearme retos, por saber que quien lo encarga valora mucho este tipo de trabajos y sé que va a parar a muy buenas manos y por la ilusión que me transmitió Mónica para hacer los detalles finales, que me contagió de la alegría con la que viven en la familia los preparativos de todos los detalles navideños.
Estas son parte de las cosas que hacen que este año que termina haya tenido muchas cosas positivas.
Así que el próximo año aquí me seguiréis teniendo para poder hacer realidad todos vuestros sueños e ilusiones en forma de trabajos artesanales realizados con todo el cariño del mundo.
¡FELIZ 2016!