Estos días en casa todo es un pequeño caos, tenemos varios trabajos a medias y la mesa del comedor se ha transformado en un pequeño taller. Entre todas las telas que aguardan para ser utilizadas, encontré unos cuantos cuadrados de la tela que me sobraban de un mini charmpack. Son muy pequeñitos, de 6,5 cm y no daban para mucho, así que rápidamente les vi la utilidad para formar parte de mi mantelito individual. Solo tuve que buscar la combinación que más me gustaba y unirlos, formando un cuadrado un poco más grande, de 21,25 cm.
¿Mantelito cuadrado? ¡No puede ser! o al menos no era la idea que pensaba, pero tampoco quería que fuera simétrico. Así que puse la cabecita a pensar y rápidamente llegó la inspiración. Por aquí tenía dando vueltas unas cintas que había comprado en Tiger y que estaba loca por utilizar. ¿Podía haber una ocasión mejor que ésta? ¡Fíjate qué bonitas son!
Antes de usarla le añadí dos tiras, una de 10 centímetros por la derecha y una especie de borde alrededor (arriba, abajo e izquierda) de 4,25 cm de ancho. Así evitaba la simetría.
Una vez que cosemos la tira más ancha y otra más estrecha a la izquierda, coloqué tres tiras de cinta y para ayudarme las pequé con un bolígrafo que compré cuando estuve visitando tiendas de patchwork por Las Palmas de G.C. con nuestra amiga Ernest. Es el de la foto.
El bolígrafo tiene una barrita de pegamento que ayuda a la hora de pegar la tela para aplicaciones y como soy una ansiosa lo utilicé para pegar las cintas y que no se movieran demasiado.
Si te das cuenta dejé un poquito en los extremos porque quería que quedara por dentro de los bordes superior e inferior que le quería poner después. Una vez hecho, corté los sobrantes. Y así es como queda la trasera, fíjate que bien están las costuritas, cada una hacia donde tiene que ir para que nos quede el trabajo más limpito.
¿El siguiente paso? Seguro que ya te lo imaginas, necesitamos una trasera y una guata. ¡Verás qué rápido lo acabamos!
Hacemos nuestro sandwich con la trasera y las dos telas colocadas encima, derecho con derecho. Acostúmbrate a usar una trasera y una guata más grandes porque si no usas el pisante de doble arrastre tiende a moverse y puedes tener algunos problemas.
Acuérdate de dejar un huequito por el que darle la vuelta al trabajo, cortar las esquinas para que al girarlo queden estupendas y una vez del derecho, plánchalo y acólchalo. Mi acolchado es muy sencillo, unas líneas verticales para sujetar bien las cintas y algunas rayas más en la parte de los cuadros; para acabarlo con un marco alrededor del borde para asentar las costuras.
¡Ya lo tenemos hecho! en un par de horitas tienes tu mantelito terminado y totalmente improvisado. Algunas veces los mejores trabajos son los que salen sin pensar, simplemente utilizando lo que tienes a mano, y la verdad es que el resultado final me ha encantado. Eso sí, es algo más pequeñito que otros mantelitos que he hecho pero para una merienda rápida con un cortadito y unas galletas es ideal.
Con este mantelito ya tenemos cuatro, el primero fue el corazón de tiras, el siguiente fue la guagua escolar y por último el gato floreado, hasta ahora el que más he utilizado. La verdad es que son muy útiles y para mi casita que es tan chiquitita, con unos muebles mínimos vienen genial, ¡casi lleno la mesa del salón con uno de ellos! Ahora toca pensar en un mantelito para diciembre, quiero evitar el tema navideño aunque quién sabe si me animo con un diseño improvisado como el de hoy. ¡Ya lo veremos!
Por lo pronto me despido con la cabeza puesta en el próximo proyecto. ¡Nos leemos pronto!
¡Besos costureriles!
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