Una cosa que solemos tener en abundancia las aficionadas a la costura son los retazos de tela. Retazos o retales pequeños que normalmente no alcanzan para casi nada. Si buscas en internet, encuentras montones de manualidades que realizar con estos retazos de tela, como cojines o bolsos. Preciosos, la verdad, pero hay un límite en el número de cojines que necesita una mujer. En el número de bolsos no tanto, pero aún así yo quiero sugeriros otro tipo de manualidad que realizar con estos retales de tela pequeñitos y que a más de una os traerá una lagrimita de nostalgia.
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Porque la que más y la que menos, de las aficionadas a la costura, quiero decir, aprendimos a coser haciendo ropita a nuestras muñecas.
Yo tenía pocas, pero una, la joya de la corona, mi Nancy, era la que se llevaba la mayor parte de mis horas de juego.
La peinaba, le cambiaba los vestidos, que para no tener muchos juguetes, que no los tenía, eran bastantes y cuando me parecía que su vestuario era escaso, le hacía más vestidos yo misma.
De dónde salen los retazos de tela.
Por suerte, mi madre solía coser en casa, así que retazos de tela que utilizar no solían faltar. Había veces que hacía cosas no muy elaboradas, o que hasta me conformaba con enrollar un trozo de tela a modo de falda y atársela con un lazo, pero otras iba más allá.
Recuerdo en concreto cómo copié el pantalón del conjunto “Malva”, que era muy facilito. O incluso algún intento de jersey de lana, que quedó regulín, pero lo importante era la intención.
He evolucionado mucho, como veréis. Ahora hago diseños mucho más elaborados, con patrón digitalizado y tutorial con fotos paso a paso. Si aún no los has probado, puedes hacerlo gratis suscribiéndote a la newsletter. Sólo pulsa el siguiente botón y rellena el pequeño formulario, tras lo que recibirás gratis el patrón de la camiseta sin mangas y el de los zapatos para Nancy.
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Y sigo todavía aprovechando en mis manualidades los retazos de tela que me sobran de otros trabajos más grandes. Incluso aprovecho la ropa que se le queda pequeña a mi hija o la que desecho yo misma. Siempre hay un retal que usar para algún trabajito, sea una blusa, una falda, un bolso o unas botas. De tamaño muñeca, claro está.
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