Lo primero que hice fue pintar con Todoterreno el cristal de la tapa, que no me gustaba nada. A no ser para relojes, piedras, conchas o algo que quiera mostrar, no me gustan las cajas en las que se ve el contenido. De hecho, compré esta por el tamaño, aunque luego me equivoqué, pero ya con idea de ocultar el cristal.
Después, pinté la caja entera en color chocolate, por dentro y por fuera.
Tenía clarísimo lo que iba a poner en el huequito donde estaba el cristal: una de estas preciosas imágenes en papel de arroz. Me parecen muy románticas... me gustan muchísimo estas láminas de mujeres y niñas de época.
Lo que no sabía aún era qué tonalidad iba a darle al resto de la caja, hasta que me acordé de unas hojas de periódico antiguas que encontré un día en casa de una tía mía. Nada menos que de 1953!!!
Me olvidé rápidamente de la pintura, y con recortes forré el exterior utilizando simplemente cola blanca un poquitín diluida.
Después lijé bien los bordes para eliminar sobrantes e integrar perfectamente el papel en la madera. El papel de periódico es muy agradecido, es muy cómodo trabajar con él, y además, no hace arrugas.
La tapa la pinté con una mezcla de colores rara que hice; de hecho, no sé definir el color resultante jajjaja. Por supuesto, después desgasté con lija para dejar ver el tono de fondo.
Pero creo que combina bien con el color viejo del periódico! Ahora os lo enseño.
Aún faltaba pegar en la tapa la imagen elegida. Fue esta:
Por último, dos capas de barniz mate, devolver los herrajes y bisagras a su lugar... y lista!
En la parte interior, también un recorte de periódico.
Estos periódicos viejos han resultado una joya. Creo que les voy a sacar bastante partido.
Un trabajo sencillo con un aire viejo y romántico que me gusta.
Feliz semana!!!