En esta entrada os enseño el jabón que he elaborado a base de manteca de cacao y manteca de karité, una mezcla que me parece muy apropiada para obtener un jabón que deje la piel muy suave y muy hidratada.
Os cuento un poco acerca de las propiedades de la manteca de cacao;
La manteca de cacao se ha utilizado para el cuidado de la piel durante siglos. Hace posible que la piel se mantenga hidratada y sus beneficios son muy buenos para las enfermedades de la piel como el eccema y la dermatitis.
La crema de cacao es tan exitosa, gracias a que es absorbida rápidamente por la piel debido a su tendencia a la fusión a la temperatura corporal. Y no sólo es buena para la humectación podemos decir que tiene propiedades, hidratantes, antioxidantes, tonificantes, regeneradoras y revitalizantes. Entre los antioxidantes encontramos la vitamina a, e y c, las cuales se encargan de actuar contra los radicales libres combatiendo el envejecimiento prematuro de la piel, protegiéndola de las agresiones del medio ambiente y evitando así posibles enfermedades.. También contiene minerales como calcio, potasio, magnesio, hierro y zinc, entre otros.
Es un producto que tiene muchos años de duración y gracias a sus beneficios es muy utilizada ya que sus principios activos logran aclarar la piel, nutrirla y otorgarle una textura suave.
El uso de la manteca de cacao está generalmente asociado a los labios, pero no son los únicos que se benefician con sus propiedades ya que el cuello, el rostro y las diferentes áreas de nuestra piel también pueden disfrutar de sus beneficios y propiedades. Además mejora la circulación, la celulitis, atenúa las estrías y favorece el rejuvenecimiento cutáneo.
Es por todos estos motivos por lo cual la manteca de cacao es muy utilizada como componente principal en la elaboración de muchos productos de belleza como pueden ser jabones, cremas, aceites para masajes, lápices labiales, etc.
En cuanto a las propiedades de la manteca de karité, ya las he descrito en anteriores entradas, pero vuelvo a resumirlas un poco en esta, (para leer la explicación completa de los beneficios de la manteca de karité podeis hacerlo pinchando aquí).
Posee propiedades suavizantes y reestructurantes en arrugas y estrías, actúa como cicatrizante, regenerando el tejido epitelial dañado. Se usa en pieles delicadas, debido a su intenso y duradero poder hidratante sobre el rostro y el cuerpo. Mejora la elasticidad de la piel por sus propiedades nutritivas. Es un excelente protector solar, ayuda a proteger la piel de las radiaciones UVB y UVA actuando, antes y después del bronceado, protegiendo a la piel del sol y del frio.
Por lo tanto se puede decir que es un jabón muy aconsejable para pieles secas, deshidratadas, con tendencia a la irritación ante los cambios bruscos de temperatura.
La composición completa de este jabón es de aceite de oliva, aceite coco, manteca de cacao, manteca de karité, aceite de almendras, cacao puro en polvo, aromatizado con fragancias de fresa, vainilla y chocolate.
Y lo que más me gusta de este jabón a parte claro está de sus propiedades es ……… su estética, disfruté muuuucho haciéndolo dando rienda suelta a la imaginación y como me gustó tanto el resultado lo volví a hacer unos días después cambiando los colores, para tenerlo en otra variedad pero con el mismo procedimiento, y es un jabón que me encanta ya que pongas donde lo pongas, destaca y por si fuera poco embriaga con su dulce olor a chocolate, que para los choco-adictos como yo es una tentación ummmm………….os pongo la foto para que veais las dos versiones del mismo jabón.