Empecé haciendo unos pocos, con retalillos que encontré por ahí, y con intención de ir guardando y darles salida en algún momento en un lejano futuro.
¿Pero sabéis eso de que te ciegas, te ciegas y no puedes parar?
Al final, tenía que unirlos de alguna manera, no podía dejarlos ahí sin más.
No se si se aprecia bien en las fotos, pero no todo son telas de algodón patchwork. Me parecía interesante tener distintas texturas y he usado loneta, piqué... lo que tenía a mano.
Algunas cuesta un poco más unirlas, por el cambio de textura de la tela, pero haciendo bien los hexágonos no dan mayor problema y queda bien. Este además lleva pelos de gata.
El acolchado es una de esas cosas en mi vida que necesitan mejorar (el erizo es para despistar).
Con 9 flores y algunos hexágonos intermedios me ha quedado un rectángulo bastante apañado. Para que os hagáis una idea, los hexágonos tienen 3 cm de lado, y el rectángulo una vez terminado mide 42x50 cm en la parte más ancha.
Ahora no se si dejarlo así para que me quede más bonita la silla (tendría que ponerle unas cintas para sujetar), o ponerlo en un brazo del sofá donde se suele echar la siesta la gata. Lo que si tengo seguro es que, para la próxima, me voy a lanzar con algo más grande.