Creo que vale la pena intentarlo, seguro que a algún sitio se llegará, bien al que pensábamos o por lo contrario a otro insospechable, que también nos puede causar la felicidad.
Esto me pasa bastante a menudo, pero al final siempre o casi siempre termino intentándolo, los resultados suelen ser buenos por eso me animo otras veces a empezar con nuevos intentos.
Hace ya un par de años compré una falda capeada de tul negra, el tul finito, no con mucho vuelo, en realidad la compre para mi hija, pero cuando se la probó le sobraban dos tallas, así que la falda quedó en el armario, siempre con ganas de ver que podía inventar, pero nunca lo hacía.
También en mi armario, ya hace tiempo tengo un cuerpo “tipo corset” , que ¡me encanta! pero que aún no he estrenado por no tener cómo combinarlo, podría haberlo combinado con un vaquero, con los vaqueros todo queda bien, pero este corset fucsia tornasolado, es para ir bastante arregladita y es una pena no aprovecharlo para alguna ocasión más especial.
Así que en vista de que viene la primavera, algún evento que otro al caer, esta semana decidí con estas dos prendas inaprovechadas, sacarles partido.
Compre un trozo de tela, tul negro lleno de lacitos.
“Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea”
Benjamin Franklin Con la tela de lacitos que compre he cortado un rectángulo, de alto, la misma medida que el largo de la falda de tul, de ancho todo lo que medía el trozo de tela (un metro con veinte centímetros más o menos), ya que luego he cosido el tul con lacitos a la cintura de la falda, con pliegues pequeñitos para darle volumen y obtener un resultado más de fiesta.
Como no he utilizado el trocito de tela para la cintura que tenía preparado, he hecho un bolso, ¡Que seguro que la ocasión lo requiere!
En el siguiente post os hablaré del bolso de lacitos.
Hasta pronto y feliz sábado!
Conchi Espejo.