En realidad el título completo de la obra es "Mi yo interior y el susurrador".
Es una obra oscura. No todo va a ser de colores.
Por eso no hay vídeo. En ésta me puse a pintar y ya está. No preparé cámara ni nada.
Es un ser extraño con su "mascota". La rara mariposa le susurra contínuamente cosas y hace que se aleje del mundo real. No la deja concentrarse en nada. Incluso cuando se para a hablar con algún conocido. No se calla. Susurra y susurra. Incluso dormida, la mariposa sigue susurrando. Es agotador.
Incluso acudió al doctor para que le ayudara a librarse de la mariposa susurradora. Quería ser una persona normal. Como todas las demás.
El doctor le recetó unas pastillas y el ser extraño se las tomó.
Un día.
Sólo un día.
Ese día, la mariposa desapareció. No había susurros. No había nada que le pudiera distraer ahora.
Podía ser una persona normal. Con sus cosas, su rutina, su trabajo, su monotonía.
***
Pero ahora el problema era que no había nada.
Nada.
Todo era repetitivo. Todo era insulso. Todo era igual.
Y el susurrador no estaba y no había nada.
Nada.
Y el ser extraño se dió cuenta de que necesitaba a su susurrador, a su mariposa, para que le diera vida de nuevo, aunque fuera agotador, aunque no le dejara descansar ni un sólo minuto.
No soportaba esa "nada". Ya no quería ser "como todos los demás".
Y al día siguiente no se tomó la pastilla, ni al siguiente, ni al otro...
Y el susurrador volvió.
-"Bienvenida de nuevo, mariposa"