La idea nos la dieron unos animalitos de papel que vimos en Tiger (una franquicia de regalitos muy baratos que a los niños les encanta).
El Decoupage cumple todos los requisitos de una manualidad para niños: es muy colorida, utiliza pincel (requisito casi imprescindible para pequeños artistas), pringosa, y ¡¡¡¡tachán, tachán!! se va con agua (a que por un momento habíais pensado que me había vuelto loca??).
Realmente es una técnica sencillísima. Tan sólo requiere utilizar pinturas acrílicas, cola especial para Decoupage (la mía es de Tiger, así que, como os imaginaréis, no es muy buena).
Si no tenéis cola para Decoupage (medium o Mod Podge) podéis elaborar una casera con este sencillo truco: mezcláis en un bote de cristal una parte de cola blanca y una parte de agua, y ya tenéis vuestro Mod Podge casero (para las que no lo sepáis, el Mod Podge es la cola de decoupage por excelencia).
Lo primero es pintar con pintura acrílica vuestro proyecto (si no tenéis pinturas acrílicas pero tenéis un superavit de témperas escolares, como nos suele pasar a todas, os recomiendo el truco para transformarlas que os enseñé en esta entrada).
Una vez pintados los animalitos tan sólo hay que ir pegando distintas aplicaciones de papel.
Mis hijos han utilizado unas servilletas (también de Tiger) y unos papeles de colores que teníamos. Con ayuda de unos troqueles hemos hecho figuritas diversas.
No os puedo poner el paso a paso porque la emoción nos ha embargado y no nos ha dado tiempo a hacer fotos (por eso y porque yo hacía de pinche: "mamá, corta esto", "mamá, me toca a mí", ¿os suena de algo?).
En cualquier caso, como veis, consiste en pegar, pintar y dar capas de cola de decoupage hasta que quede todo integrado.
Y por último hemos puesto unos ojitos móviles a los animales.
En definitiva, una manualidad estupenda para los niños.
Y como a mí también me ha encantado ahora estoy pensando en que utilizarla (que no cunda el pánico, de momento sólo estoy meditándolo).