Otra pega es que cuando encuentras un sitio para guardarla no suele estar accesible para utilizarla de una manera cómoda y al final optas por usar la de diario que está muy a mano, en su cajón de la cocina.
Así que como tenía ganas de deshacerme del "cajón" de madera y tener los cubiertos más a mano, se me ocurrió reciclar unos botes de vidrio y utilizarlos para guardar los cubiertos.
Utilicé alguno de mermelada y otros que tenía guardados porque me gustaba su forma y sabía que alguna vez seguro que se me ocurría hacer algo con ellos.
Escogí una gama de colores turquesa, rosa antiguo y beige de pintura Chalk Paint. Después de limpiarlos bien, les dí dos o tres manos de pintura dejando secar entre capas.
Al final una capa de barniz al agua satinado para proteger la pintura de golpes y roces.
Uno de los botes lo forré con cuerda utilizando una pistola de pegamento caliente. Después pinté un trozo con chalk paint rosa.
Escribí unas etiquetas con el tipo de cubiertos que contenía cada bote y las até con una cuerda con lazada.
Me encanta el resultado, es decorativo y además práctico. Ahora si que tengo la cubertería accesible y además abulta bastante menos.
A veces con unos simples botes de mermelada podemos hacer cosas prácticas y decorativas sorprendentes.
Un besote