Uno de los más sorprendentes y llamativos es el grabado en cristal. En manos de un experto, la broca de esmerilar dibuja en el vidrio con tanta soltura como el lápiz en el papel. También nosotros podemos coger frascos que habitualmente desechamos, como los botes de mermelada, y decorarlos con dibujos, sencillos sin duda, pero con el encanto del trabajo manual.
Es de vital importancia comprobar las utilidades del accesorio, porque son muy específicos: el que sirve para trabajar la cerámica resultará inadecuado con la madera. Hay varios utensilios Dremel diseñados para esmerilar, y hemos escogido el más fino.
Hacemos un dibujo esquemático en el vaso, con un rotulador apropiado.
He aquí la pieza que vamos a trabajar, un vaso de IKEA. Utilizaremos la mini herramienta de la marca Dremel, la más popular y acreditada.
Hemos dibujado una flor, sin demasiadas complicaciones dado que será nuestra primera labor de grabado con la mini herramienta.
Pulsando el pequeño interruptor del extremo, se bloquea la cabeza y podemos atornillar la broca con la llave original que trae el maletín de la herramienta. La velocidad de giro es altísima, por ello el accesorio debe quedar firmemente sujeto.
Antes de empezar ponemos en el vaso un paño coloreado, así veremos bien los trazos del esmeril.
En los detalles pequeños hay que extremar el cuidado, dado que el vidrio es muy deslizante y podemos salirnos del contorno.
En sucesivas pasadas hemos trabajado los pétalos y las demás partes de la flor, hasta componer un dibujo simple y agradable, que nos ha servido para conocer la herramienta. Lo celebramos incorporando nuestro vaso a un bonito bodegón de motivos florales.
Las instrucciones explican cómo debemos sujetar la herramienta para trabajar con comodidad. Cuando el objeto a labrar es liso, como nuestro vaso, antes de comenzar el trabajo nos aseguraremos de que está bien sujeto y no se moverá con las vibraciones.
Tras leer cuidadosamente el manual, ponemos el selector de giro a la velocidad estipulada para el accesorio, enchufamos la herramienta, y ya podemos empezar a labrar.